Se ha celebrado hoy el funeral del Maestro. Según su deseo, ha sido una ceremonia laica y sencilla en el Castillo Sforzesco. Curiosamente el edificio donde realicé mi primera vista a Italia. Es lo primero que vi allí. Hay casualidades muy curiosas.
Ha sido un funeral sencillo pero multitudinario. Con miles de personas que han querido dar su último adiós al Maestro. La mayoría ni siquiera han conseguido entrar y han tenido que seguirlo por megafonía.
Quienes
intervinieron fueron básicamente personas cercanas a Eco, que conocían
bien al maestro y sabían de quién hablaban, como su nieto de 15 años (Emmanuel). He leído que también hablaron un amigo del instituto y otro de la
universidad y que, por suerte, hubo alguna nota de humor. Eco siempre tuvo una vis cómica importante. De ello se encargó Moni Ovadia: "A Umberto Eco no le faltaba la ironía y el humor", justificó. Y tampoco podía faltar en su despedida. También estuvo Francesco Umbertini, rector de la Universidad de Bolonia, Roberto Benigni, y cientos de estudiantes y amigos.
Se escuchó la sonata "La Folia" de Arcangelo Corelli, que Eco
tocaba en vida con su clarinete. Para quien la quiera escuchar: Aquí. La música barroca era su favorita.
El féretro de Eco fue sacado a hombros del
castillo ante el aplauso de los presentes. Sus restos fueron incinerados
después.