Otro ejemplo más de cómo parece haberse decidido a soltar la ironía que tiene en reserva. Esta vez con una buena causa, contra el Berlusconi ese que les está asolando el país (publicado en "El País"). Además tenía ganas de hacer reir:
La intervención más irónica y punzante ha sido la de Umberto Eco. "He llegado aquí con gran escepticismo, pensando que por mucho que gritemos, Berlusconi no dimitirá jamás. Creíamos que tenía solo en común con Mubarak una sobrina, y ahora vemos que tiene también ese vicio de no dimitir. Ni aunque el ejército esté en contra", ha bromeado.
"¿Por qué no dimite nuestro jefe de Gobierno?", ha proseguido Eco entre las risas de los asistentes. "Primero porque si lo hace queda en manos de los jueces. Y segundo porque tiene diputados dispuestos a todo, que todavía no han cotizado suficiente para la pensión o no han recibido bisutería suficiente. Está bien apoyado. ¿Qué hacemos aquí, entonces? Hemos venido a defender el honor de Italia", ha continuado entre aplausos.
"Hemos venido para recordar al mundo que no somos un país de proxenetas, que no todos si tuviéramos dinero haríamos lo mismo, que no somos como esos padres que animan a sus hijas a ir a las fiestas para ver qué cae. Quizá somos una minoría, pero no importa. Durante el fascismo solo 11 profesores de universidad no juraron fidelidad al Duce. Pero ellos salvaron el honor de Italia".
El autor de El nombre de la rosa ha explicado también que está harto de recibir reprimendas cuando viaja al extranjero. "Hace meses recibía sonrisas de solidaridad, ahora me miran mal y me dicen 'pero vosotros por qué no decís nada'. Me indigna. No saben que aquí luchamos. Hoy hay periodistas extranjeros aquí. Finalmente verán que hay italianos que dicen que no, que son diferentes de sus hermanos peores. Ahora solo se trata de aumentar el número de quienes está dispuestos a bajar cada día a la calle y decir no. Nosotros, no. Y no porque seamos de esos que se acuestan pronto. Yo me acuesto tarde porque leo a Kant".
La intervención más irónica y punzante ha sido la de Umberto Eco. "He llegado aquí con gran escepticismo, pensando que por mucho que gritemos, Berlusconi no dimitirá jamás. Creíamos que tenía solo en común con Mubarak una sobrina, y ahora vemos que tiene también ese vicio de no dimitir. Ni aunque el ejército esté en contra", ha bromeado.
"¿Por qué no dimite nuestro jefe de Gobierno?", ha proseguido Eco entre las risas de los asistentes. "Primero porque si lo hace queda en manos de los jueces. Y segundo porque tiene diputados dispuestos a todo, que todavía no han cotizado suficiente para la pensión o no han recibido bisutería suficiente. Está bien apoyado. ¿Qué hacemos aquí, entonces? Hemos venido a defender el honor de Italia", ha continuado entre aplausos.
"Hemos venido para recordar al mundo que no somos un país de proxenetas, que no todos si tuviéramos dinero haríamos lo mismo, que no somos como esos padres que animan a sus hijas a ir a las fiestas para ver qué cae. Quizá somos una minoría, pero no importa. Durante el fascismo solo 11 profesores de universidad no juraron fidelidad al Duce. Pero ellos salvaron el honor de Italia".
El autor de El nombre de la rosa ha explicado también que está harto de recibir reprimendas cuando viaja al extranjero. "Hace meses recibía sonrisas de solidaridad, ahora me miran mal y me dicen 'pero vosotros por qué no decís nada'. Me indigna. No saben que aquí luchamos. Hoy hay periodistas extranjeros aquí. Finalmente verán que hay italianos que dicen que no, que son diferentes de sus hermanos peores. Ahora solo se trata de aumentar el número de quienes está dispuestos a bajar cada día a la calle y decir no. Nosotros, no. Y no porque seamos de esos que se acuestan pronto. Yo me acuesto tarde porque leo a Kant".
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