viernes, 4 de noviembre de 2011

Platon

Tocaba ya a estas alturas algún comentario sobre Platón, y eso que no resulta santo de mi devoción, por la importancia enorme que sobre la filosofía acabó por tener. La filosofía de este hombre es un intento de enlazar lo racional con lo irracional, lo sensitivo con lo suprasensible, lo perecedero con lo imperecedero, lo temporal con lo eterno, lo terreno con lo celeste y lo humano con lo divino. No entraré en detalle sobre su archiconocida teoría y el mito de la caverna. Son harto manidos en cualquier manual de filosofía. Platón descubre la respuesta a la pregunta definitoria de Sócrates al dar con lo general, con los conceptos, pero los hipostatiza en ideas eternas y da lugar así a un complejo desdoblamiento del mundo. Un dualismo que reconoce el ser verdadero sólo en las ideas invisibles mientras que condena al mundo visible a la condición de un inconsistente mundo de sombras. Era obvio que terminaría por apartarse de la naturaleza, pues de un mundo inconstante nada vale la pena aprender. Sólo los astros, eternos, divinos, son un noble objeto de investigación. Muchos siglos tenían que venir que tendrían esta percepción como algo dogmático. También opinaba que la vida terrestre es un castigo, noción que tal vez adquirió del orfismo o el pitagorismo, y el cuerpo no es el instrumento del alma sino su cadena, su prisión, del cual no se libra sino con la muerte. Estos conceptos, con pocas variaciones, serían adoptados por el cristianismo a medida qeu abandonaba su primitivo estado y es facil reconocerlos en cualquier texto medieval.

Sobre la vida mundana también llegó a escribir. Conocido es su libro La República, pero en sus conceptos políticos también se encamina hacia lo eterno: "Las cosas del hombre no valen mucho la pena, pero no hay más remedio que ocuparse de ellas". Gobernar lo entiende como un sacrificio, y no lo tiene en muy alta estima. Incluso desconsidera a la ligera las obras de los grandes estadistas de su tiempo (Pericles, Temístocles, Milcíades, Cimón...). El estado perfecto que planteó, alejado de cualquier conocimiento siquiera precario dela naturaleza humana, es simplemente irrealizable. Sus experiencias con la democracia ateniense y su asamblearismo mal llevado hicieron de sus escritos una crítica constante hacia este sistema, especialmente con la condena y muerte de su maestro Sócrates.

La mística en él atraviesa todo pensamiento racional y lo aparta de toda investigación empírica para llevarlo al terreno de la más pura especulación, la que se complace en alturas supraterrenas. Se queda en una dualidad de alma y mundo, dios y mundo, espíritu y materia, y entra en conflicto con la tradición griega. Y con cualquier tipo de pensamiento racional, cosa que se pagaría, carísima, durante los siglos de dogmatismo en que el neoplatonismo unido a las nuevas creencias cristianas terminarían por imponerse. Por fortuna uno de sus  discípulos pudo subsanar, en parte, el platonismo.

Merece la pena hablar de la Academia. La fundó a la vuelta de su primer viaje a Sicilia, en 338 aC en los terrenos de un héroe ateniense, Academo. Fue la primera escuela de filosofía organizada, y duró casi un milenio  (Justiniano la suprimiría en 529 dC; estos cristianos y sus incoherencias...). No era una comunidad científica como hoy en día se puede dar a entender este vocablo, sino una comunidad más bien de tipo religioso dedicada a filosofar. Maestros y discípulos vivían juntos, en casas dispersas. Un reloj inventado pro el propio Platón les despertaba cada mañana y acudían a las lecciones y las discusiones. a veces, en los simposia, hacían tareas más sociales, y parece ser que se pagaba una cuota mensual. Lo principal era la filosofía especulativa, aceptando de todas formas la matemática y la astronomía pues eran las únicas disciplinas científicas que Platón aceptaba. Allí se establecieron los cuerpos regulares: cubo, tetraedro, dodecaedro, octaedro e icosaedro, las conocidas como los 5 cuerpos platónicos.

En astronomía estaban convencidos del movimientode lso astros en círculos perfectos, pues la forma perfecta es la circunferencia y los astros no podía ser  que se movieran de una forma diferente a la perfección. su tendencia a la especulación obligaba a forzados sistemas para explicar los movimientos de los "errantes", pero no cuestionaron nunca lo erróneo de su creencia. La Tierra estaba en el centro, no faltaría más, si bien girando sobre su eje y rodeada por los 5 planetas, el Sol y la Luna, en un complicado sistema de 26 esferas. Un tal Heráclides del Ponto planteó que Mercurio y Venus se mueven alrededor del Sol, y este y los demás planetas alrededor de la Tierra. algo que retomaría mucho después Tycho Brahe, pero no pasaron de ahí. 

Tambíen especularon sobre el sufrimiento, como el académico Crantor con su escrito "Acerca del Sufrimiento". Aconsejaba contra las miserias y dolores de la vida tener un ánimo inmortal, reconocer el dolor como  elemento integrante de la vida terrena y una moderación en el luto y la tristeza. Este escrito es el inicio de las muchas "consolaciones" que se escribirían posteriormente por Cicerón, Séneca y Plutarco, hasta la célebre "Consolación por la Filosofía" de Boecius. Todas ellas comparten la idea de que el hombre tiene en su razón la fuerza necesaria para superar el dolor.

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