Dejando constancia una vez más de mis manías sobre temas
recurrentes, regreso pues al del Danubio y me guardo para mí y para quien le apetezca unas breves líneas
sobre el Puente de Apolodoro sobre el Danubio. Es un puente uqe el emperador Trajano
hizo construir al este de las Puertas de Hierro, cerca de las actuales ciudades
de Drobeta-Turnu Severin (Rumanía) y Kladovo (Serbia). La estructura tenía 1.135 metros de largo (el
Danubio tiene unos 800 metros de ancho en la zona) y 15 de ancho y alcanzaba 19
metros de altura sobre el nivel del río. En cada extremo había una
fortificación (castrum), por la que había que pasar para poder cruzar el
puente.
Una obra de ingeniería impresionante para esa época
realizada por el genio de Apolodoro. Durante siglos fue el puente más largo del
mundo.
Un texto clásico que lo ilustra:
Trajano construyó sobre el Ister un puente de piedra que desborda
mi admiración hacia él. De hecho, aunque fue brillante en todas
sus hazañas, ésta fue la mayor. Tiene veinte pilares cuadrados
de piedra de ciento cincuenta pies de altura desde los cimientos y sesenta
de anchura; están situados a intervalos de ciento setenta pies y unidos
por arcos. ¿Cómo puede alguien dejar de asombrarse por la gran
inversión que se hizo, o por la forma en que cada uno de estos pilares
fue anclado tan profundamente en un río cuyas aguas están llenas
de remansos y con un fondo tan barroso? Evidentemente, para ello fue imposible
ello desviar el curso de las aguas. He hablado de la anchura del río;
pero el caudal no tiene una anchura uniforme, pues en algunos sitios anega
el doble y hasta el triple de tierra; sin embargo, el caudal habitual en esta
zona aconsejó construir un puente con la anchura citada. Además,
hay que tener en cuenta que aquí el río pasa de un amplio caudal
a un cauce estrecho, después del cual vuelve a extenderse a una anchura
mayor, lo que lo convierte en violento y profundo; y esta circunstancia debe
ser tenida en cuenta para comprender la dificultad que supuso construir el
puente. Al mismo tiempo, una de las circunstancias que muestran la grandeza
de los planes de Trajano es que el puente no se hizo para usarlo nosotros;
la sola presencia de los pilares erguidos, aunque no se hagan intentos de
cruzarlo, hace creer que hubieran sido erigidos con el único propósito
de demostrar que no hay nada que el ingenio humana no puede lograr. Trajano
construyó el puente porque temió que si alguna vez el Ister
se helaba en medio de una guerra podía sorprender a los romanos en
aquella orilla, y era necesario asegurar el acceso hasta ellos con estos medios.
Por el contrario, Adriano tuvo miedo de que también pudiera hacer fácil
el paso para los bárbaros, que tras derrotar a la guardia del puente
podrían cruzar a Moesia; por eso, desmontó esta gran estructura.
Dión Casio, Historia romana, 68, 13, 1-6. Traducción
de Pilar González-Conde sobre la versión inglesa de 1982.
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