martes, 29 de abril de 2008

La Facultad de la Trivialidad Comparada

Facultad de la Trivialidad Comparada.

Facultad donde se estudian asignaturas inútiles o imposibles.

La facultad tiende a reproducir estudios capaces de aumentar al infinito el número de temas triviales.

Introducido por Umberto Eco en varios de sus libros, es en "El Péndulo de Foucault" donde desarrolla de forma más ingeniosa sus juegos de palabras y conceptos.




Destaca especialmente el Departamento de Tripodología Felina. Es el arte de buscarle tres pies al gato. Comprende la enseñanza de técnicas inútiles :
  • Avúnculogratulación Mecánica: Enseña cómo construir máquinas para saludar a la tía.
  • Eolofonía: El arte de dar voces al viento.
  • Adynata o Impossibilia: Imposibilidad empírica. Ejemplos: Urbanística Gitana, Hípica Azteca, Morfemática del Morse, Historia de la Agricultura Antártica, Historia de la Pintura en la Isla de Pascua, Literatura Sumeria Contemporánea, Fundamentos de Examenología Montessoriana, Filatelia Asiriobabilónica, Tecnología de la Rueda en los Imperios Precolombinos, Iconología Braille, Fonética del Cine Mudo, Psicología de las Masas en el Sahara.
  • Pilocatábasis. El arte de salvarse por los pelos. Controvertida asignatura por cuanto no es inútil del todo...
  • Oximórica: Contradicción en los términos. Ejemplos: Instituciones de Revolución, Dinámica Parmenídea, Estática Heraclítea, Sibarítica Espartana, Fundamentos de Oligarquía Popular, Historia de las Tradiciones Innovadoras, Dialéctica tautológica, Erística Booleana, Gramática de la Anomalía.

Nueva muestra de la genialidad del Maestro Eco.

Algunas clasificaciones por Umberto Eco

Clasificación de la gente en tipologías:

Todo el mundo, si se mira bien, de vez en cuando es un cretino, un imbécil, un estúpido o un loco. Digamos que la persona normal es la que combina razonablemente todos esos componentes o tipos ideales.

El cretino ni siquiera habla, babea, es espástico. Se aplasta el helado contra la frente, no puede ni coordinar los movimientos. Entra en la puerta giratoria por el lado opuesto (Es esto posible?, él lo consigue, por eso es un cretino).

Ser imbécil es más complicado. Es un comportamiento social. El imbécil es el que habla siempre fuera del vaso. Quiere hablar de lo que hay en el vaso, pero, esto por aquí, esto por allá, habla fuera. Si se prefiere, es el que siempre mete la pata, el que le pregunta cómo está su bella esposa al individuo que acaba de ser abandonado por la mujer. El imbécil está muy solicitado, sobretodo en reuniones mundanas. Incomoda a todos, pero les proporciona temas de conversación. En su versión positiva llega a ser diplomático. Habla fura del vaso cuando otros han metido la pata, consigue cambiar de tema. El imbécil no dice que el gato ladra, habla del gato cuando los demás hablan del perro.. Confunde las reglas de conversación, y cuando las confunde bien es sublime.

El estúpido no se equivoca de comportamiento. Se equivoca de razonamiento. Es el que dice que todos los perros son animales domésticos y todos los perros ladran, pero que también los gatos son animales domésticos y por eso ladran. O que todos los atenienses son mortales, todos los habitantes del Pireo son mortales, de modo que todos los habitantes del Pireo son atenienses (Y lo son. Pero de pura casualidad). El estúpido puede decir algo correcto pero por razones equivocadas. El estúpido es muy insidioso. Al imbécil se le reconoce en seguida (y al cretino ni qué decir), mientras que el estúpido razona casi como uno, sólo que con una desviación casi infinitesimal. Es un maestro del paralogismo.

Al loco se le reconoce en seguida. Es un estúpido que no conoce los subterfugios. El estúpido trata de demostrar su tesis, tiene una lógica, cojeante, pero lógica es. en cambio, el loco no se preocupa por tener una lógica, avanza por cortocircuitos. Para él, todo demuestra todo. El loco tiene una idea fija, y todo lo que encuentra le sirve para confirmarla. Al loco se le reconoce porque se salta a la torera la obligación de probar lo que se dice. porque siempre está dispuesto a recibir revelaciones.


Sacado de El péndulo de Foucault. Umberto Eco. Pequeño homenaje al maestro.

martes, 8 de abril de 2008

La caída de Ur

Las gentes del Norte (Subartu) atravesaron el Tigris y marcharon sobre Ur. Los mandaba Kindattu, rey de Simashki, pero no lograron tomar la ciudad. Luego volvieron a las órdenes de otro jefe y saquearon todo Sumer. Ibbi-Sin se encerró en su ciudad, refugiado tras sus muros, los que Ur-Nammu había construido "tan altos como una montaña resplandeciente". Atacaron la ciudad, la tomaron, robaron, incendiaron y se fueron. Su desgraciado rey fue llevado hasta el fin del país de Anshan, que él mismo años atrás había tomado como conquistador. Y allí murió. Este fue el fin no sólo de una dinastía y de un reino, sino también de una nación y de un tipo de sociedad. Muchos años más tarde, con una Ur reconstruida de sus ruinas, aún se acordaban de su destrucción y en sus cantos llorarán por los tiempos pasados.

Muchos años más tarde, otra ciudad legendaria caería devastada tras diez años de guerra, su rey moriría y su familia fue hecha prisionera. La Troya del poema. La diferencia entre Troya y Ur la constituye sólo el poeta, Homero, que hizo recordar para siempre a cuantos participaron en la desgracia de Troya y su familia real, en la desgracia de los príncipes aqueos después de tan costoso triunfo, en la funesta cólera del conquistador y la miseria de la nobleza del conquistado. Es la magia de la poesía. Uno lee poesía porque está vivo y siente, y con ello hace que no caigan en el olvido las gestas de los hombres y sus desdichas.

Sacado de la "Lamentación por la destrucción de Ur":

Oh padre Nanna, esta ciudad se ha convertido en ruinas...
Sus habitantes, en lugar de tiestos, han llenado sus laderas.
Sus muros fueron destrozados y el pueblo gime.
Bajo sus puertas majestuosas donde normalmente se paseaba, yacen los cadáveres.
En sus calles, donde antes tenían lugar las fiestas del país, yacen los cuerpos amontonados.
Ur. Sus fuertes y sus débiles se han muerto de hambre.
Los padres y las madres que han quedado en sus casas han sido consumidos por las llamas.
Los niños nacidos sobre las rodillas de su madre, han sido llevados por las aguas, como los peces.
En la ciudad, la esposa quedó abandonada, el niño fue abandonado y los bienes quedaron dispersos.
Oh Nanna, Ur ha sido destruida y sus habitantes han sido dispersados.



No hay diferencia en el dolor. Sólo en la memoria se distinguen las dos ciudades.
La felicidad humana consiste en pasar la vida sin conocer el dolor de la desgracia.


Biblioteca de Umberto Eco

Se podrá disfrutar en Bolonia. Al parecer estimó que podía ser difrutada así durante los próximos 90 años. Es su biblioteca personal, que te...