El día ha resultado agotador, con el preceptivo madrugón y los nervios y prisas propios del que tiene que viajar. Hemos pasado hambre, incertidumbre y frío, cortesía de TRENITALIA, y con los nervios y las dificultades de cambiar de vía, vagón y asiento por poco echamos del suyo a un par de viejecitos. Mi italiano macarrónico tampoco ayuda a entenderse con los nativos...
Además, pese a tener reserva hecha, carecíamos completamente de un plano de Ravenna, así que no me quedó más remedio que fiarme de mi memoria: Via Cansiano y girar a la izquierda, todo recto, pasar la carretera y vía G. Tommasso. Desde ahí, ya es facil. Bueno, en fin, que tras muchas tribulaciones y A PESAR de que Elisabet se empeñó en ser la guía, conseguimos llegar al Youth Hostel. Grandecito, atractivo, limpio, algo separado del centro pero, ah, la cualidad fundamental: Barato. Además en recepción se habla castellano y no he de recurrir a ese sucedáneo barato de italiano que suelo chapurrear.
Y la ciudad es preciosa. Se me antoja interesante, con siglos de historia en sus paredes y destilando un cierto sabor a SUR. Tranquila, de discurrir plácido y agradable, que hace que hasta el tiempo se respire aquí de forma diferente, con su color apagado del Adriático y las ventanas formando mil mariposas blancas en las fachadas. Nos embebemos en la tranquilidad, en esa maravillosa sensación de estar a gusto que nos acontece siempre tras la vorágine del viaje y los horarios y que tanto nos complace cuando la notamos. Sabor de Nauplia, olor de Siracusa, color de Ravenna. Poco a poco soñaremos la ciudad ideal a base de retales de cada lugar añorado. Aunque reconozca que no podría vivir aquí.
Una buena y reparadora siesta, y a callejear mínimamente respirando en la caja de sorpresas de cada esquina. Mañana será la visita oficial. hay tanto que saborear aquí...
ELISABET: "Molto bene", Boecius. ja era hora que ens delectessis amb unes frases de gran riquesa i perfecta dicció. :)
09/10/2006
Avui ens hem llevat prou matí pels meus hàbits (07:45 hores) perque la "prima colazione" la servien molt aviat. Hem esmorzat i hem agafat un parell d'ous durs que per esmorzar no ens venien gens de gust, i que ja farem pel sopar en amanida.
Ens hem preparat i cap a descobrir Ravenna (pronunciat com a paraula plana, allargant la "e" i la primera "n": Raveennnnna). La veritat és que ha valgut prou la pena. Hem agafat un "bono" de visita per 6.5 € (Boecius, perque és "estudiant", quin morro), i jo 7.5 € per ser professora. Hem començat per la basílica de S. Vitale i el mausoleu de Gal·la Placidia, ambdos amb uns mosaics espectaculars (veure foto), colors brillants, i figures gens estàtiques. Hem seguit pel baptisteri i el palau arquebisbal, aquest amb només una sala i 6 ó 7 peces.
Per dinar, un tros de pizza asseguts a terra a la plaça de la vil·la prenent un sol més que agradable, i hem seguit caminant. Al tornar a "l'Ostel·lo" hem passat pel super (just davant la porta) per comprar el sopar. Dutxa, sopar, lectura i a dormir aviat, que jo ja estic molt cansada.
BOECIUS: Queda sólo por mencionar el incidente con la cafre del día. Salvo catástrofe hasta el final del viaje, queda inscrita como la mala bestia oficial. Por suerte nada que ver con nosotros, quienes sólo asistimos como espectadores de la función esperpéntica del día. estábamos visitando S. Vitale tranquilamente, y nos disponíamos a salir, por la "SALIDA", claro, como me parece que es natural.... Y ahí vemos a la mala bestia en cuestión que se disponía a entrar. Por la salida. Cabe pensar que una persona discretita, ya que tenía el billete de entrada, tal vez, y sólo "tal vez", habría podido pasar sin incidencias destacables. Pero claro, al tratarse de un fenotipo correspondiente a una especie de salvaje monstruo troglodítico, de estirpe aria, con más de 1.80 m. de altura y un peso incalculable (básculas habrá que lo soporten, pero eso es dudoso...), pues no coló. Como que no.... Le dieron el alto. Su melena, cual estropajo pajizo, se desbordó en cólera, puso una mirada furibunda, cambia a paso militar para esquivar al guarda y suelta algún exabrupto en teutón que sonó como la voz de un espantajo recién fugado del averno. Pasó lo obvio, se plantan ante ella y venga, "p'afuera", que la entrada está a 20 metros de aquí. Ante tamaña mole gamberra, encuentro que el tono fue exquisitamente educado. Pues la fiera coge el billete de entrada, se la arroja a la cara del guarda con furor bíblico y se aleja altivamente del lugar. Sin billete. Y deja a su grupo ahí abandonado. Por menos he visto ingresos... pero aquí es sólo motivo de jolgorio y pública diversión. Que Ra la fulmine. Se pierde la maravilla de los mosaicos y todo por querer entrar por la salida y arremeter contra el pobre chaval que le indicaba el acceso adecuado.
Hoy nosotros hemos disfrutado de la paz y el reposo del arte bizantino. Y con las entradas además haremos unos puntos de libro cojonudos. Arrivederci, bestia del averno.
Además, pese a tener reserva hecha, carecíamos completamente de un plano de Ravenna, así que no me quedó más remedio que fiarme de mi memoria: Via Cansiano y girar a la izquierda, todo recto, pasar la carretera y vía G. Tommasso. Desde ahí, ya es facil. Bueno, en fin, que tras muchas tribulaciones y A PESAR de que Elisabet se empeñó en ser la guía, conseguimos llegar al Youth Hostel. Grandecito, atractivo, limpio, algo separado del centro pero, ah, la cualidad fundamental: Barato. Además en recepción se habla castellano y no he de recurrir a ese sucedáneo barato de italiano que suelo chapurrear.
Y la ciudad es preciosa. Se me antoja interesante, con siglos de historia en sus paredes y destilando un cierto sabor a SUR. Tranquila, de discurrir plácido y agradable, que hace que hasta el tiempo se respire aquí de forma diferente, con su color apagado del Adriático y las ventanas formando mil mariposas blancas en las fachadas. Nos embebemos en la tranquilidad, en esa maravillosa sensación de estar a gusto que nos acontece siempre tras la vorágine del viaje y los horarios y que tanto nos complace cuando la notamos. Sabor de Nauplia, olor de Siracusa, color de Ravenna. Poco a poco soñaremos la ciudad ideal a base de retales de cada lugar añorado. Aunque reconozca que no podría vivir aquí.
Una buena y reparadora siesta, y a callejear mínimamente respirando en la caja de sorpresas de cada esquina. Mañana será la visita oficial. hay tanto que saborear aquí...
ELISABET: "Molto bene", Boecius. ja era hora que ens delectessis amb unes frases de gran riquesa i perfecta dicció. :)
09/10/2006
Avui ens hem llevat prou matí pels meus hàbits (07:45 hores) perque la "prima colazione" la servien molt aviat. Hem esmorzat i hem agafat un parell d'ous durs que per esmorzar no ens venien gens de gust, i que ja farem pel sopar en amanida.
Ens hem preparat i cap a descobrir Ravenna (pronunciat com a paraula plana, allargant la "e" i la primera "n": Raveennnnna). La veritat és que ha valgut prou la pena. Hem agafat un "bono" de visita per 6.5 € (Boecius, perque és "estudiant", quin morro), i jo 7.5 € per ser professora. Hem començat per la basílica de S. Vitale i el mausoleu de Gal·la Placidia, ambdos amb uns mosaics espectaculars (veure foto), colors brillants, i figures gens estàtiques. Hem seguit pel baptisteri i el palau arquebisbal, aquest amb només una sala i 6 ó 7 peces.
Per dinar, un tros de pizza asseguts a terra a la plaça de la vil·la prenent un sol més que agradable, i hem seguit caminant. Al tornar a "l'Ostel·lo" hem passat pel super (just davant la porta) per comprar el sopar. Dutxa, sopar, lectura i a dormir aviat, que jo ja estic molt cansada.
BOECIUS: Queda sólo por mencionar el incidente con la cafre del día. Salvo catástrofe hasta el final del viaje, queda inscrita como la mala bestia oficial. Por suerte nada que ver con nosotros, quienes sólo asistimos como espectadores de la función esperpéntica del día. estábamos visitando S. Vitale tranquilamente, y nos disponíamos a salir, por la "SALIDA", claro, como me parece que es natural.... Y ahí vemos a la mala bestia en cuestión que se disponía a entrar. Por la salida. Cabe pensar que una persona discretita, ya que tenía el billete de entrada, tal vez, y sólo "tal vez", habría podido pasar sin incidencias destacables. Pero claro, al tratarse de un fenotipo correspondiente a una especie de salvaje monstruo troglodítico, de estirpe aria, con más de 1.80 m. de altura y un peso incalculable (básculas habrá que lo soporten, pero eso es dudoso...), pues no coló. Como que no.... Le dieron el alto. Su melena, cual estropajo pajizo, se desbordó en cólera, puso una mirada furibunda, cambia a paso militar para esquivar al guarda y suelta algún exabrupto en teutón que sonó como la voz de un espantajo recién fugado del averno. Pasó lo obvio, se plantan ante ella y venga, "p'afuera", que la entrada está a 20 metros de aquí. Ante tamaña mole gamberra, encuentro que el tono fue exquisitamente educado. Pues la fiera coge el billete de entrada, se la arroja a la cara del guarda con furor bíblico y se aleja altivamente del lugar. Sin billete. Y deja a su grupo ahí abandonado. Por menos he visto ingresos... pero aquí es sólo motivo de jolgorio y pública diversión. Que Ra la fulmine. Se pierde la maravilla de los mosaicos y todo por querer entrar por la salida y arremeter contra el pobre chaval que le indicaba el acceso adecuado.
Hoy nosotros hemos disfrutado de la paz y el reposo del arte bizantino. Y con las entradas además haremos unos puntos de libro cojonudos. Arrivederci, bestia del averno.
1 comentario:
Aysss, Soflokis que no te diste cuenta...
Resulta que esa mole cafre y gamberra seria una descendiente del 'homo no sapiens', que a su vez desciende del 'tontopitecus'.
Su inteligencia da para algo mas que pelar los caramelos sugus como hacen los monos del zoo, pero tampoco le pidas mucho mas, jejeje...
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