Una frase de Ciceron, el "padre de la patria" que me gustaría fuera entendida por tanto político que por ahí circula:
«No hay (...) vicio más execrable que la codicia, sobre todo entre los
próceres y quienes gobiernan la nación, pues servirse de un cargo
público para enriquecimiento personal resulta no ya inmoral, sino
criminal y abominable».
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