jueves, 4 de octubre de 2012

Aniversario de "La Princesa Prometida"


En el festival de cine de Nueva York, una cola da la vuelta a un edificio de cristal del Lincoln Center durante horas bajo la lluvia. A la entrada, una mesita vende muñecos, libros y pins de la princesa Buttercup y el gigante Fezzik. Hace 25 años del estreno de 'La princesa prometida' y, por primera vez desde entonces, el director Rob Reiner se reúne con Robin Wright, Billy Cristal y el resto del casting para ver la película de culto, restaurada para su aniversario.

"¿Has leído el libro?", es la pregunta que más le gusta hacer a Carrie, de unos 50 años y que ha conducido hora y media desde New Jersey para ser la primera en la fila. Leyó el libro de William Goldman (de 1973) cuando era una adolescente, y casi no se atrevía a ver la película cuando se estrenó en 1987, por miedo a que le gustara menos. Le encantó y un cuarto de siglo después está enganchada a la página de Facebook de fans y emocionada con que sus hijas entiendan la ironía del filme.

"Hay un concurso el 15 de octubre sobre la película", informa a todo el que quiera escucharla. La acompañan dos amigas y en la espera de cuatro horas charlan animadas con Sarah, una estudiante de 22 años que trabaja como camarera en Nueva York y aspira a trabajar en el cine. "Lo que me empujó al cine fue esta película", asegura Sarah. "Es tan fantástica. Tan única", la apoya también Russell.

"¡Qué suerte tenéis! ¡Vais a entrar! Me encantaría ver a Rob Reiner, pero estoy tan ocupada con mi propia película que ya no me entero de nada", dice una hispana que se entretiene para intentar hacer publicidad sobre un film sobre el cristianismo que dice estar dirigiendo. Una elegante anciana también se para un momento a preguntar a qué se debe tanta expectación. "¿Y ponen 'La princesa prometida'? ¡Esto no pasaba hace unos años en el festival de cine de Nueva York!", exclama con desprecio. "¿Qué le importará a ella?", salta Carrie, indignada.
"Como desees"

La paciencia tiene su recompensa en el moderno auditorio de conciertos de más de un millar de asientos donde se proyecta la película con la mejor calidad de su historia. El público ríe descontrolado ante la primera imagen del videojuego, ahora desfasado, al que juega el niño que escucha el cuento en el filme. La entrada de cada personaje es recibida con aplausos y alaridos de emoción igual que cada frase célebre: "Inconcebible", "Tú eres la Brigada Brutal", "Como desees" o el mítico "Hola, soy Iñigo Montoya. Tú mataste a mi padre, prepárate a morir".

Entre el público excitado están el director y los actores. El estreno hace 25 años fue más modesto y nunca se habían vuelto a reunir en un cine para ver su obra. "Sois una audiencia maravillosa", dice William Goldman, el autor del libro, en un coloquio después. Cuando estaba a punto de terminar el libro, se lo enseñó a su mujer, dudoso. "Es la cosa más rara que he escrito nunca", le dijo. Y ella replicó: "Sigue escribiendo". Él mismo supo que estaba ante algo extraordinario cuando se puso a llorar desconsoladamente al describir la tortura de su protagonista.

Reiner llegó a la idea de adaptar el libro al cine cuando ya se había convertido en un "proyecto legendario" que aparecía en 'Cahiers du Cinéma' como una película no producida. La habían intentado pasar a la gran pantalla François Truffaut y Robert Redford antes que él. Reiner había leído el libro de veinteañero y era uno de sus favoritos por la mezcla de "aventura, romance y sátira", y había hecho un par de películas cuando se le ocurrió llamar a Goldman.

Cuando consiguió que le recibiera en su casa del Upper East Side en Manhattan, lo primero que el novelista dijo al abrir la puerta fue: "'La princesa prometida' es mi obra favorita. La quiero en mi lápida". "Básicamente, me miró como diciendo, ¿qué quieres hacerle?", cuenta Reiner a la audiencia, encantada de descubrir detalles inéditos. Cuando, después de horas escribiendo juntos, Goldman le dijo, "creo que esto está yendo genial", el director dijo que vivió "el mejor momento" de su carrera.
Esgrima y maquillaje

Robin Wright (Buttercup) cuenta que tenía 19 años y no sabía que tendría que escalar una montaña, tirarse al mar o esquivar fuegos. "No van a hacer eso", pensaba ella. Como tampoco Cary Elwes (Wesley) y Mandy Patinkin (Iñigo Montoya) esperaban que las luchas de esgrima serían auténticas. No tuvieron dobles, aunque recibieron el entrenamiento de campeones olímpicos en el castillo de Devon donde rodaron.

Cuando Patinkin relata sus 10 horas diarias de preparación, Elwes bromea: "¡No sabía eso!". Después de años en que le repiten su frase más famosa, el actor que interpretó a Montoya confiesa que su favorita es otra: "Llevo demasiado tiempo el negocio de la venganza".

"¿Maquillaje? No llevaba nada", dice Billy Crystal, enmascarado en la película como un mago anciano. Después, asegura que dio a los maquilladores una foto de su abuela y otra de un jugador de béisbol para que hicieran una combinación perfecta. Cuenta que se dio cuenta de que la película era un éxito que había calado cuando la primera vez que cogió un avión después del estreno le despidieron con una frase suya: "¡Qué os divirtáis asaltando el castillo!".
De abuelos a nietos

Entre los ausentes está , un luchador que nació con una anormalidad que produce un aumento desproporcionado de las extremidades y que murió en 1993. Sus compañeros lo recuerdan como una "bella persona". Wallace Shawn (Vizzini) tenía miedo de las alturas y cuando se asustó ante la escena de una escalada, André le dio una palmadita en la cabeza y le dijo con su voz profunda: "No te preocupes, yo cuidaré de ti".

Después de una noche de chistes, Crystal se pone más serio y relata la emoción que acaba de sentir al ver la película con sus hijas y sus nietos: "He tenido la sensación de que estoy en algo realmente importante. Porque es muy bonito, está muy bien hecho y representa lo mejor de las películas. Y estoy sentado aquí con mis hijas, treintañeras, y mis nietos, que tienen seis y nueve años, y les encanta a todos. ¿Qué mejor vida que ésta para una película? Hay literalmente millones de personas que sienten lo mismo por esta película, pero la emoción de nosotros seis viéndola es mi 'como desees' personal".

Y con música de mark Knopfler. Que se ha de decir también.






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