martes, 7 de abril de 2009

Dos personajes interesantes: Roger Bacon


Roger Bacon (1219-1294)

El Doctor Mirabilis es una de las figuras más originales de toda la historia de la filosofía.. Natural de Ilchester, en Dorsetshire, estudió en Oxford con el maestro Grosseteste, a quien profesaba profunda veneración. En 1240 viajó a París donde conoció a Alejandro de Hales y a Alberto Magno, a quienes consideraba ignorantes por no conocer una palabra de matemáticas ni de óptica. A Alberto Magno y Tomás de Aquino los llama “chiquillos” que enseñan antes de haber aprendido. Tomás escribe gruesos libros sobre Aristóteles sin conocer el griego. Bacon no puede apreciar a estos escritores de “Summas” parisinos que componen mamotretos “más pesados que un caballo”, se pierden en vanas especulaciones y disputas y pasan de largo por las ciencias profanas. Regresó a Oxford en 1250 y entró en la orden franciscana, aunque sin ordenarse sacerdote. En París había conocido al alquimista Pedro de Maricourt, y desde entonces sentía debilidad por la alquimia, la astrología y la magia. Quería producir oro y hallar un medio que prolongase la vida, pero en esa época este era el mejor camino para hacerse sospechoso de hechicería y herejía, así que Buenaventura, general de la orden, le prohibió escribir. Por fortuna, el legado pontificio Guy de Foulques le invitó por mandato de Clemente IV, un Papa más bien benévolo, a que escribiera su filosofía, y compuso el Opus Maius, el Opus Minus y el Opus Tertium. En 1271 atacó en el Compendium studii philosophiae a toda la Iglesia cristiana hasta sus más altos grados de jerarquía: “La Santa Sede es víctima de los engaños y embustes de hombres inicuos. La soberbia impera, la concupiscencia se sienta en el trono, la envidia lo roe todo. Toda la curia está deshonrada por la disolución y la glotonería domina por doquier. La clerecía toda mira sólo al placer, a la soberbia y a la avaricia. Nuestra ignorancia tiene su raíz en que nuestra moral es peor que la de los gentiles”. El libro, obviamente, fue condenado en 1278 por el general de la orden (le iba la supervivencia de la orden en esto…) y Bacon fue condenado a la cárcel, de la que no salió hasta 1292, poco antes de morir.

Estaca de él la ciencia de la naturaleza. Para esta, Bacon depende de Aristóteles, pero mucho más de Avicena, Alfarabi y Albumazar. Como Grosseteste ve en las matemáticas la ciencia fundamental: el que no la entiende, no entiende filosofía ni se percata siquiera de su propia ignorancia. Sólo por la matemática entendemos la óptica (perspectiva), y la recta explicación de la naturaleza sólo puede ser matemática. Sólo hay una prueba que convence: La experiencia, y la ciencia de la naturaleza es en su totalidad ciencia de la experiencia. Así, se entiende que Bacon no muestre respeto alguno por la ciencia de los parisinos: “Los universales no son más que la igualdad específica de distintos individuos. Por eso un solo individuo tiene más realidad que todos los universales juntos”. La experiencia pide el experimento, y así inventa el cristal de aumento, la teoría del arco iris y el recto cálculo de la magnitud del sol y la luna. Barrunta inventos como la pólvora, naves sin remos, coches sin caballos, aviones, grúas, aparatos de inmersión, etc., aunque muchos de sus inventos son irrealizables. Impulsa lo práctico y sólo aprecia el saber en cuanto a fundamento para hechos útiles. Por eso, la ética, que guía inmediatamente la acción, es para él la “señora sobre todas las ramas de la filosofía”.

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