A partir de Demócrito vemos que las ciencias particulares (matemáticas, astronomía, geografía, botánica, zoología, antropología, ética, poesía, lingüística...) comienzan a idependizarse de la filosofía especulativa. En esto, la búsqueda y catalogación de las "etiologías", las causas de las cosas, descubir fenómenos concretos, comienza a tener su importancia de un modo no conocido hasta entonces.
La medicina fue la primera en establecerse sobre bases propias, algo que ya comenzó con los pitagóricos de un modo algo rudimentario. Poco a poco cobra una posición especial. Con Empédocles comienza la escuela médica siciliana. Diógenes de Apolonia fue médico, además de filósofo. Demócrito dejó escritos médicos (de los que se conservan unos pocos fragmentos). Y ya desde tiempos antiguos ha habido numerosos médicos prácticos. De forma casual se nos han conservado en inscripciones 2 de estos del siglo VI a.C.: Un tal Carón de Focea y un tal Eneas ático.
Hay que decir que en Grecia existía originariamente una conexión entre medicina y religión, lo cual se traducía en la práctica de la medicina en los templos con las curaciones milagrosas, por ejemplo, en Epidauro. Pero esta medicina de los templos en los santuarios de Asclepio (Esculapio) y los demosnios médicos asociados con él se rebasaba a sí misma y llevaba el gérmen de la medicina científica. Y la superación de la fe en los milagros.
Fue Hipócrates de Cos el fundador de la medicina científica. Aún hoy se realiza el juramento hiopcrático en las facultades de medicina de Barcelona al obtener el título en una ceremonia más tradicional que práctica. Cos, y su vecina ciudad de Cnido, tenía muchas relaciones con Crotona. Allí se ejercía la medicina en relación con los dioses sanadores. Los antepasados de Hipócrates, del linaje noble de los Nebridas, habían llegado a Cos procedentes de Tesalia, el país de origen del culto a Asclepio. Y era evidente que en este caldo de cultivo la medicina acabase por ofrecerse al joven Hiócrates, que ejerció como médico nómada durante una temporada, sobretodo en el norte de Grecia: Cranon, Larisa, melibia y farsalo en Tesalia, la isla de Tasos, Abdera y Eno en la costa tracia, y Perinto y Cícico en la Propóntide. Es posible que también en Macedonia, en la corte de Pérdicas II. Su maestro parece haber sido Heródico de Selimbria, que parece haber insistido sobretodo en la dietética y definía la medicina como "la educación científica para la vida natural". La causa de la enfermedad sería la desviación de la vida natural. También parece haber tenido relaciones con Gorgias, el sofista, y con Demócrito de Abdera.
De él nos han llegado 53 escritos reunidos en el "Corpus Hippocraticum", pero son de tiempos muy diversos y sólo los más antiguos parecen ser del maestro. Además de la rigurosa etiolo´gia, otras 2 características marcan el espíritu de su ciencia:
La medicina fue la primera en establecerse sobre bases propias, algo que ya comenzó con los pitagóricos de un modo algo rudimentario. Poco a poco cobra una posición especial. Con Empédocles comienza la escuela médica siciliana. Diógenes de Apolonia fue médico, además de filósofo. Demócrito dejó escritos médicos (de los que se conservan unos pocos fragmentos). Y ya desde tiempos antiguos ha habido numerosos médicos prácticos. De forma casual se nos han conservado en inscripciones 2 de estos del siglo VI a.C.: Un tal Carón de Focea y un tal Eneas ático.
Hay que decir que en Grecia existía originariamente una conexión entre medicina y religión, lo cual se traducía en la práctica de la medicina en los templos con las curaciones milagrosas, por ejemplo, en Epidauro. Pero esta medicina de los templos en los santuarios de Asclepio (Esculapio) y los demosnios médicos asociados con él se rebasaba a sí misma y llevaba el gérmen de la medicina científica. Y la superación de la fe en los milagros.
Fue Hipócrates de Cos el fundador de la medicina científica. Aún hoy se realiza el juramento hiopcrático en las facultades de medicina de Barcelona al obtener el título en una ceremonia más tradicional que práctica. Cos, y su vecina ciudad de Cnido, tenía muchas relaciones con Crotona. Allí se ejercía la medicina en relación con los dioses sanadores. Los antepasados de Hipócrates, del linaje noble de los Nebridas, habían llegado a Cos procedentes de Tesalia, el país de origen del culto a Asclepio. Y era evidente que en este caldo de cultivo la medicina acabase por ofrecerse al joven Hiócrates, que ejerció como médico nómada durante una temporada, sobretodo en el norte de Grecia: Cranon, Larisa, melibia y farsalo en Tesalia, la isla de Tasos, Abdera y Eno en la costa tracia, y Perinto y Cícico en la Propóntide. Es posible que también en Macedonia, en la corte de Pérdicas II. Su maestro parece haber sido Heródico de Selimbria, que parece haber insistido sobretodo en la dietética y definía la medicina como "la educación científica para la vida natural". La causa de la enfermedad sería la desviación de la vida natural. También parece haber tenido relaciones con Gorgias, el sofista, y con Demócrito de Abdera.
De él nos han llegado 53 escritos reunidos en el "Corpus Hippocraticum", pero son de tiempos muy diversos y sólo los más antiguos parecen ser del maestro. Además de la rigurosa etiolo´gia, otras 2 características marcan el espíritu de su ciencia:
- Considera al hombre, su salud y su enfermedad en relación no sólo con su organismo sino también con la naturaleza que lo rodea y hasta con el cosmos entero, y sobretodo con los fenómenos atmosféricos. Es la "medicina meteorológica".
- Profundo respeto a la naturaleza, sonre una base religiosa pero con un aprofunda penetración racional.
Hipócrates pretende descubrir el modo de acción de la naturaleza y allanar el camino para el bien y la salud de los hombres. Los escritos más antiguos que se le conocen que dejan traslucir esto son "acerca del morbo sacro" y "acerca del aire, el agua y la situación".
Antes de Hipócrates la creencia era que las enfermedades que se manifiestan en perturbaciones espirituales y psíquicas, sobretodo la epilepsia, o pánicos repentinos o inexplicables de los animales, se debían a la acción de4 dioses o demonios. Eran una especie de estado de posesión y sólo podían curarse, lógicamente, con rituales o exorcismos. Dentro de la religión o la magia. Contra todo ello lucha Hipócrates en "acerca del morbo sacro", la "enfermedad sagrada":
No me parece ser en modo alguno más divina ni sagrada que las demás enfermedades, sino que, como las demás, tiene una causa natural que la produce; Sólo que los hombres la consideraron como un acaecer divino porque estaban indefensos ante ella y les asombraban sus diferencias respecto de otras enfermedades.
Ataca los métodos terapéuticos religiosos con los que se intentaba curar a los poseídos o tarados, exorcismos, ceremonias rituales, penitencias y demás milongas y supersticiones con las que se pretendía expulsar a lso demonios. Declara blasfema esa catártica y muestra que son enfermedades como otras, y hasta su tendencia hereditaria. En todo caso, su causa es una enfermedad del cerebro provocada por un exceso de aire y sobretodo mucosidades. Y luego enumera los síntomas:
Convulsiones, espuma en la boca, agitación de piernas y brazos, dientes apretados, ojos vueltos, fallo de la voz, sensación de ahogo, desmayo.
Todo ello tiene su causa en una enfermedad del órgano central en el que intervienen los fenómenos atmosféricos: "Aumento y disminución del frío y el calor solar y el cambio en las corrientes aéreas nunca en reposo". El médico tiene que saber establecer en el hombre, mediante la dieta, lo seco y lo húmedo, lo cálido y lo frío, y tiene que reconocer el momento correcto para hacer lo útil.
Al decenio siguiente escribe "acerca del aire, el agua y la situación". Se expone que el médico viajero, antes de empezar a trabajar en una ciudad, tiene que orientarse acerca de su clima, atmósfera y naturlaleza de sus aguas, pues todos estos fenómenos tienen gran influencia en la constitución física y psíquica de los hombres. El hombre queda así inordinado en la conexión cósmica y procede a estudiar las relaciones de naturaleza y cultura en los diversos pueblos que conocía. En general, el clima moderado, la feliz mezcla de las estaciones, se considera la más favorable condición de la salud y el rendimiento físico, el temperamento y las cualidades anímico-intelectuales. Prefiere así Europa a Asia pese a la mayor fertilidad de esta. Explica cosas curiosas de muchos países, como la costumbre de los escitas de deformar (alargar) el cráneo de los lactantes, o la "enfermedad escita" que era una impotencia sexual fruto de largas cabalgatas.
Tiene otros escritos, como el "Pronóstico" donde discute cómo prever el curso de la enfermedad, sonretodo si será curación o muerte, y los días críticos de algunas enfermedades. Así, el delirium lo trata aquí. Para ello usa signos, no desigandos por los dioses, sino dentro de la sintomatología de cada enfermedad, con una conexión cusal, un orden natural.
Antes de Hipócrates la creencia era que las enfermedades que se manifiestan en perturbaciones espirituales y psíquicas, sobretodo la epilepsia, o pánicos repentinos o inexplicables de los animales, se debían a la acción de4 dioses o demonios. Eran una especie de estado de posesión y sólo podían curarse, lógicamente, con rituales o exorcismos. Dentro de la religión o la magia. Contra todo ello lucha Hipócrates en "acerca del morbo sacro", la "enfermedad sagrada":
No me parece ser en modo alguno más divina ni sagrada que las demás enfermedades, sino que, como las demás, tiene una causa natural que la produce; Sólo que los hombres la consideraron como un acaecer divino porque estaban indefensos ante ella y les asombraban sus diferencias respecto de otras enfermedades.
Ataca los métodos terapéuticos religiosos con los que se intentaba curar a los poseídos o tarados, exorcismos, ceremonias rituales, penitencias y demás milongas y supersticiones con las que se pretendía expulsar a lso demonios. Declara blasfema esa catártica y muestra que son enfermedades como otras, y hasta su tendencia hereditaria. En todo caso, su causa es una enfermedad del cerebro provocada por un exceso de aire y sobretodo mucosidades. Y luego enumera los síntomas:
Convulsiones, espuma en la boca, agitación de piernas y brazos, dientes apretados, ojos vueltos, fallo de la voz, sensación de ahogo, desmayo.
Todo ello tiene su causa en una enfermedad del órgano central en el que intervienen los fenómenos atmosféricos: "Aumento y disminución del frío y el calor solar y el cambio en las corrientes aéreas nunca en reposo". El médico tiene que saber establecer en el hombre, mediante la dieta, lo seco y lo húmedo, lo cálido y lo frío, y tiene que reconocer el momento correcto para hacer lo útil.
Al decenio siguiente escribe "acerca del aire, el agua y la situación". Se expone que el médico viajero, antes de empezar a trabajar en una ciudad, tiene que orientarse acerca de su clima, atmósfera y naturlaleza de sus aguas, pues todos estos fenómenos tienen gran influencia en la constitución física y psíquica de los hombres. El hombre queda así inordinado en la conexión cósmica y procede a estudiar las relaciones de naturaleza y cultura en los diversos pueblos que conocía. En general, el clima moderado, la feliz mezcla de las estaciones, se considera la más favorable condición de la salud y el rendimiento físico, el temperamento y las cualidades anímico-intelectuales. Prefiere así Europa a Asia pese a la mayor fertilidad de esta. Explica cosas curiosas de muchos países, como la costumbre de los escitas de deformar (alargar) el cráneo de los lactantes, o la "enfermedad escita" que era una impotencia sexual fruto de largas cabalgatas.
Tiene otros escritos, como el "Pronóstico" donde discute cómo prever el curso de la enfermedad, sonretodo si será curación o muerte, y los días críticos de algunas enfermedades. Así, el delirium lo trata aquí. Para ello usa signos, no desigandos por los dioses, sino dentro de la sintomatología de cada enfermedad, con una conexión cusal, un orden natural.
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