La
he encontrado en un artículo sobre la exposición de la Trieste de
Magris, por casualidad. La cuelgo para no perderla
y para que un Barnabas que yo me sé me siga acusando de mitomanía.
Aquest bloc preten ser un petit recull d'allò que ens agrada de la vida, els petits plaers, les coses que anem aprenent...
miércoles, 28 de septiembre de 2011
Los monumentos del pasado
Son los testimonios directos de la antigüedad, pero en raras cocasiones un arqueólogo se los encuentra tal y como estuvieron en su día. Desde que comienzan a dejar de ser usados, y no hay mantenimiento, comienza su declive y destrucción. Esta será más rápida o más lenta dependiendo del clima en que se encuentra y el medio en que se desarrolla:
- El clima y el tiempo pueden acabar con los materiales más duros.
- Las plantas, con sus raíces, son un importante agente destructivo.
- Terremotos, como el de Rodas en 227 d.C, la escuela de jurisconsultos de Beirut en 550, la estatua de Eudoxia en 732...
- Inundaciones, como en Philae.
- Movimientos del mar, en los cromlechs del islote de Erlanic.
- Los pantanos, que acarrean la despoblación (Síbaris, paestum, Rávena, Aquilea, Mileto).
- Desbordamientos de ríos (Sardes, terraza de los tesoros de Olimpia).
- Los escarabajos y la carcoma, como en Egipto.
- Volcanes, como en Pompeya y Herculano, o en Catania.
- Rayos.
Pero los mayores destrozos los ha causado el hombre. La mano humana no destruye siempre porque sí, sino que las más de las veces hay una finalidad, como se conoce con el destino de la mayoría de las aplicaciones metálicas del Coliseo, sustraídas por los propios romanos, o en la terraza de Trajano en Pérgamo o en la Porta Nigra de Tréveris. Avito fundió las estatuas de bronce para poder pagar a sus mercenarios, y en el siglo XVII se fundió el metal del Panteón para hacer cañones. Las obras de ingeniería han destruído muchos monumentos, como en Philae, cuyo templo fue anegado por un pantano. También se usaron elementos antiguos para hacer obras modernas:
- 1911, el ferrocarril de Bagdad.
- El Odeón de Amman (Transjordania) fue usado como estación telegráfica.
- La puerta oriental del teatro de Pérgamo fue convertida en hospital.
Muchos edificios fueron convertidos en iglesias cristianas: Panteón, templo de Rómulo, templo del Sol en Damasco. Un mal entendido entusiasmo religioso produjo la ruina de muchos restos antiguos, sobretodo estatuas: 429 desaparecienron en tiempos de Justiniano, superado por Teodosio II con su edicto de 435, y aún superado por Constante II en 663. Desaparecieron para siempre tesoros incalculables de arte por el siempre fanático ultrareligioso. A veces se reutilizaban elementos antiguos, como cuando se tomó a Palas Atenea por la Virgen, o el Theseion, confundido con San Jorge.
La guerra también ha aportado numerosas desgracias, como en el saqueo de Corinto por los romanos, el saqueo de Constantinopla por los cruzados en 1204, la voladura de la Acrópolis por los turcos, etc.. Los incendios, no siempre provocados, han sido también causa de muchas destrucciones, e incluso, si se nos permite, la presencia de bienintencionados pero ignorantes aficionados en el renacimiento haciendo excavaciones (y "mejorando" lo hallado, para darle más veracidad o una mejor estética) que arruinaron edificaciones que se conservaban espléndidamente.
Una breve historia de la arqueología
Pero muy breve, oigan. Casi una mera recopilación de nombrs con nexos limitados, pero puede ser útil para hacerse una idea muy elemental.
Hasta el XVIII no podría hablarse de arqueología, sino sólo de arqueólogos. Personajes que de forma privada y desprovistos de toda intención científica realizaron actividades que remedarían las de un arqueologo en unas ocasiones, las de un anticuario/coleccionista en otras. Para hacernos una idea, hablaríamos de Plinio, Frontino, Vitrubio, Filostrato, Luciano y Pausanias. Más adelante, de Ciriaco de Ancona, que se ocupó en sus viajes con un cierto espíritu científico, y no lo hizo mal del todo. Llegaría a viajar por Italia, Dalmacia, Grecia, Asia Menor y Egipto desde 1424.
Hasta el XVIII no podría hablarse de arqueología, sino sólo de arqueólogos. Personajes que de forma privada y desprovistos de toda intención científica realizaron actividades que remedarían las de un arqueologo en unas ocasiones, las de un anticuario/coleccionista en otras. Para hacernos una idea, hablaríamos de Plinio, Frontino, Vitrubio, Filostrato, Luciano y Pausanias. Más adelante, de Ciriaco de Ancona, que se ocupó en sus viajes con un cierto espíritu científico, y no lo hizo mal del todo. Llegaría a viajar por Italia, Dalmacia, Grecia, Asia Menor y Egipto desde 1424.
El Renacimiento pondría de moda el mundo antiguo y pasamos a un estilo más coleccionista, si bien se ha de remarcar que el criterio usado para hacer colecciones era más artístico/estético que científico. Lo que surgió de esto era más bien limitado, y si se me permite, hasta nocivo, pero marcó la tendencia de los siglos XVII y XVIII con los estudios de antigüedades, de una clara tendencia erudita y aislados:
- En Francia: Montfaucon, Caylus, Peiresc y Spon.
- En Italia: Franciscus Junius, y una verdadera legión de otros paisanos suyos.
- John Potters merece una consideración especial en su obra Archaeologia graeca, en 12 volúmenes, una verdadera muestra de los defectos y virtudes de estos tiempos.
- En Holanda surge Joaquim Sandrarts.
Los límites del coleccionismo se amplían gracias a Johann F. Chist y Johann J. Winckelmann, que dan un impulso a la determinación cronológica de los monumentos, su interpretación y hasta de su descripción. Las expediciones científicas a los monumentos del pasado comienzan a proliferar. Un ejemplo sería la expedición tanto militar como científica de Napoleón a Egipto, ya en el XIX.
Pero la arqueología, sensu stricto, no había aún hecho su aparición. En 1870, la excavación del templo de Artemisa de Éfeso fuen un simple pillaje, y lo mismo los trabajos de Newton en el Mausoleo de Halicarnaso.Estas expediciones buscaban sólo llenar las vitrinas de los museos con objetos bonitos. El planteamiento de Indiana Jones no va demasiado lejos de esto, tal y como se lo pinta en sus películas...
Por suerte, aparece Pompeya en escena. De repente se descubre la vida intacta, conservada en lava sólida, de una ciudad del pasado y comprendieron el error del saqueo que se hacía hasta entonces. A partir de aquí, la arqueología deviene en una ciencia que promueve excavaciones con técnicas específicas que no dañen lo que se pretende descubrir.
La historiografía alemana del XIX tiene un mérito enorme en el desarrollo de la arqueología, pero los alemanes plantearon los problemas de un modo unilateral, basados en un principio de selección social. Como reacción a esto, los científicos rusos rechazaron estas presunciones con una interpretación materialista de la historia, como debía ser casi por obligación en un país de la esfera más comunista imaginable y el pensamiento único desarrollado allí. Por suerte, la arqueología depende de objetos físicos concretos, y no es posible un desacuerdo absoluto sobre ellos.
martes, 20 de septiembre de 2011
Last crusade
Como hace tiempo que no pongo un video, he decidido romper la tónica. Y poner uno de los finales más interesantes de la historia del cine. La pega es que se encuentra en una película de aventuras que no pasa de entretenida. Y como algo, algo, sí tiene que ver con la arqueología... pues lo pongo aquí. Pero en fin, es para disfrutar de una escena en que 4 amigos en plena felicidad se van cabalgando juntos hacia una puesta de sol bellísima, disfrutando de estar vivos, disfrutando de lograr sueños. Parafraseando a otro final interesante, casi sólo para frikis: Segunda estrella a la derecha, en línea recta hacia el amanecer.
Más sobre Hipócrates
En la medicina antigua destacaban la traumatología y la cirugía con gran prestigio sobre las demás especialidades. La psiquiatría, invento moderno donde los haya, era evidente que formaba parte de algo más inmaterial que la reparación de unos huesos o que algo más necesario, dada la incertidumbre de los tiempos y lo habitual de las guerras, la curación de heridas. Ah, la guerra siempre por encima de la lírica y la filosofía... Así, un médico insigne no podía dejar de escribir un tratado sobre ellas: "Acerca de las fracturas de los huesos" y "Acerca de la reducción de las luxaciones" (o de la articulación de los miembros). Son sus escritos quirúrgicos.
En el arte médico era de obligado conocimiento saber cómo devolver un miembro desarticulado con una "correcta intervención" a su situación natural. A la "recta naturaleza". Por eso dice su autor que su doctrina acerca de los métodos de curación se establece como "una ley justa" , evidenciando un concepto de lo recto o adecuado (en propiedad, justo) tarsladado de forma sistemática a la naturaleza. Y la actividad del hombre sólo es justa cuando sigue las huellas de la naturaleza.
A los libros ya comentados en esta u otras entradas atribuidos con casi total seguridad a Hipócrates debemos añadir una buena parte de la colección de los Aforismos. El más conocido de ellos es el de "la vida es corta, pero la ciencia (tecné, el arte) es larga", que ha pasado a la historia con el adagio latino ars longa, vita brevis. Es una frase a considerar porque por primera vez en al historia se considera la ciencia como algo suprapersonal, algo que rebasa el breve lapso de vida de un hombre, una unidad en cuya construcción trabajan generaciones enteras en constante ampliación del conocimiento y corrección de errores.
Hipócrates: Pronóstico y Epidemias
Pronóstico y Epidemias son 2 escritos de Hipócrates de Cos. El Pronóstico ya deja claro desde su mismo título el contenido de la obra. Discute la cuestión de si el médico puede (y cómo) prever el decurso de una enfermedad, y especialmente si la enfermedad terminará con la curación o con la muerte. También determina, sobre la base de la experiencia, cuáles son los días críticos de determinadas enfermedades. Hipócrates piensa que el médico, como el vidente, tiene que saber y poder decir "lo que fue, lo que es y lo que será". Cada uno de ellos utiliza para eso sus "signos". Pero la diferencia es grande. En un caso son los signos trazados por los pájaros, u otros sistemas, en los que ver la voluntad de los dioses y leer el futuro. En el otro caso, en cambio, se reconoce por los síntomas de una enfermedad, sus causas, su naturaleza y, por supuesto, su decurso (la historia natural de la enfermedad). En el primer caso nos damos cuenta de que falta toda conexión casual, y que en el segundo se presupone un orden natual firma, una ley, un "cosmos". El pensamiento mítico ha cedido su lugar al pensamiento científico.
En los libros 1 y 3 de las Epidemias volvemos, empero, a encontrar la medicina meteorológica. En el marco de la conexión natural que esta teoría supone, determinada localmente, hay que observar la aparición de las enfermedades, su decurso y el modo en cómo la naturaleza del individuo reacciona a influencias externas o a perturbaciones orgánicas internas. En esta observación debe basarse la terapéutica. Los libros 2, 4 y 6 son, curiosamente, posteriores al 1 y 3, y nos presenta en ellos un gran respeto por la naturaleza, frente a cuya capacidad autónoma de sanar el poder del arte médico resulta muy modesto. "La naturaleza encuentra por sí misma y sin vacilación sus caminos". O bien: "la naturaleza sabe; por sí misma, sin haberlo aprendido, hace lo necesario". "Las constituciones naturales son los médicos de las enfermedades". Es notable en estos libros la atención que presta a la relación entre la situación del cuerpo y los efectos anímicos, relacionando la eutimia (serenidad del ánimo) con una vida física equilibrada en todo. Tod abundantemente regado con ejemplos del desarrollo de determinadas enfermedades en determinados pacientes, así como del éxito o fracaso del tratamiento.
lunes, 19 de septiembre de 2011
La cultura sigue sin dar de comer...
http://www.20minutos.es/noticia/1162273/0/villa/romana/vias/
Ha sobrevivido 17 siglos, pero el AVE acabará con ella. Es la única villa romana que se ha hallado en Barcelona, pero en breve puede quedar en un mosaico reconstruido en un museo y un denso estudio académico. Arqueólogos y vecinos de la Sagrera reivindican el valor patrimonial e histórico de los restos romanos desenterrados hace un mes en el camino de las obras de la Alta Velocidad. Mientras se ha anunciado que se destruirá el yacimiento, hay voces que piden que se conserve al menos una parte del hallazgo en su ubicación original.
Ha sobrevivido 17 siglos, pero el AVE acabará con ella. Es la única villa romana que se ha hallado en Barcelona, pero en breve puede quedar en un mosaico reconstruido en un museo y un denso estudio académico. Arqueólogos y vecinos de la Sagrera reivindican el valor patrimonial e histórico de los restos romanos desenterrados hace un mes en el camino de las obras de la Alta Velocidad. Mientras se ha anunciado que se destruirá el yacimiento, hay voces que piden que se conserve al menos una parte del hallazgo en su ubicación original.
Por ahora se han encontrado unos 1.000 metros cuadrados de los muros y el pavimento de la que fue una villa romana del siglo IV o V, dedicada a la explotación agrícola y ganadera y con una zona noble en la que vivió un patricio de la élite de la antigua Barcino con su familia. Un gran mosaico en una de sus salas tiene garantizado el futuro en un museo. El resto, pasará a la historia.
La única en Barcelona
Alrededor de Barcino había numerosas villas que han quedado enterradas bajo los barrios de Sant Andreu y la Meridiana. Tenían el río Besòs muy cerca y el acueducto que venía de Montcada. Cosechaban la viña y vendían alimentos a la ciudad amurallada.
Es un hallazgo importante y muy significativo
Para comprender cómo vivían estos primeros habitantes del Pla de Barcelona, habría que analizar minuciosamente estos nuevos restos, aclaran los expertos consultados. "La villa no es excepcional y única en el mundo, pero sí en Barcelona", aclaró a 20 minutos la directora del Institut Català d’Arqueologia Clàssica (ICAC) y, pese a elogiar las excavaciones, lamentaba que se iniciaran "cuando ya no hay posibilidad de modificar el proyecto". Exigía que las investigaciones se hagan "con todo el rigor y garantías", aunque haya prisa por terminar las obras del AVE.
Pero para el Ajuntament de Barcelona, el yacimiento no tiene un valor patrimonial. De hecho, la Generalitat ya ha dado su visto bueno para desmontarlo, dado que «el valor patrimonial de sus estructuras es poco relevante».
Conservar una parte
Desde la oposición, el grupo municipal de ERC propondrá en la próxima comisión de Cultura que se acabe de construir la vía del AVE, pero que se preserve in situ el resto del yacimiento, al norte y al sur de la infraestructura. Esta propuesta no desagrada a los arqueólogos, aunque la ven poco probable. Piensan que está todo decidido, que es «un hecho consumado». Así lo definía el doctor Josep Guitart, catedrático de Arqueología de la UAB. "Es un hallazgo importante y muy significativo", expresaba Guitart, y remarcaba la importancia de excavar todos los restos y, de cara al futuro, crear un catálogo de patrimonio para seguir investigando y evitar casos como el de la Sagrera.
jueves, 15 de septiembre de 2011
La cultura no da de comer....
Los restos de la extensa villa romana descubierta en las obras del AVE en la estación de Sagrera no se conservarán, según han decidido la Generalitat, la autoridad final en el tema, y el Ayuntamiento de Barcelona, que dirige la excavación a través del Museu d'Història.
Los muros de las habitaciones, pasillos y termas serán derruidos tras extraer el mosaico y algunos fragmentos de pinturas y otros elementos de interés que se han hallado.
El anuncio lo hizo ayer el teniente de alcalde de Cultura, Jaume Ciurana, justificando la decisión porque, según los expertos de ambas instituciones, las ruinas «tienen valor documental pero no patrimonial» para mantenerlos donde están.
El complejo agrícola, residencial y termal de la villa, que tenía 1.100 metros cuadrados cuando este diario reveló su existencia el pasado día 2, será documentado de forma exhaustiva y se reproducirá en publicaciones, una maqueta y en un montaje audiovisual en 3D. También se restaurará el único mosaico descubierto y se hará una réplica virtual completa que incorporará una simulación de las partes no encontradas. Ciurana insistió en que la decisión de no conservar el recinto incluso «se ha contrastado con arqueólogos externos a la Administración» que han avalado el «escaso interés» de la villa.
"Escaso interés". Y no querían hacerlo público los muy... Veo que se prefiere seguir con lo que estaban haciendo. Una ruta. Mis más sinceras condolencias a las autoridades competentes, y ya saben qué rima con la última palabra de la última frase. Por cierto, mensaje que recibo de la derecha rancia-casposa de este país (que alguien me corrija si me equivoco, puedo comenter errores de interpretación no semántica): Os jodeis, culturetas, que esto de los yacimientos no da dinero.
miércoles, 14 de septiembre de 2011
Cómo se hace un manuscrito medieval
Una página interesante sobre las técnicas usadas en tiempos medievales para escribir un libro. Altamente interesante.
Historia del pensamiento arqueológico: arqueología clásica
En el siglo XIV con los cambios de todo tipo que se produjeron, se trataron de justificar las innovaciones políticas buscando precedentes en tiempos anteriores. Los intelectuales del Renacimiento empezaron a tener en cuenta la literatura clásica, la que había sobrevivido claro, para buscar un pasado glorioso a las emergentes ciudades-estado italianas y para justificar la creciente secularización de la cultura italiana. Por eso los textos históricos y literarios referidos a la antigüedad, desconocidos o poco estudiados en la Europa occidental desde la caída del Imperio romano, se van haciendo más familiares. Ven así aunque malamente que el pasado es algo muy diferente del presente,que cada época debe ser estudiada según sus propias premisas, y que el pasado no puede ser juzgado a partir de los modelos del presente.
Pronto, los nobles y los ricos mercaderes rivalizarían entre ellos como patrocinadores de las artes. Este desarrollo provocó enseguida que empezaran a considerarse importantes no sólo la palabra escrita, sino también los objetos materiales supervivientes de aquel pasado, como fuentes de información decisivas sobre las civilizaciones clásicas.
Ambas facetas se hallan expresadas en el trabajo de Ciríaco de Ancona (1391-1452), cuyas investigaciones lo convierten en el primer arqueólogo conocido. Era un mercader italiano que viajó regularmente por Grecia y el Mediterráneo oriental con el objetivo de recabar información sobre monumentos antiguos, copiando cientos de inscripciones, dibujando monumentos, coleccionando libros, monedas y obras de arte.
Ya he puesto en otra entrada cómo a finales del siglo XV los papas, como Pablo II y Alejandro VI, los cardenales y miembros de la nobleza italiana, se dedicaban a coleccionar y mostrar obras de arte antiguas, al mismo tiempo que comenzaban a patrocinar la búsqueda y recuperación de tales objetos.
Hacia la primera mitad del XVIII se iniciaron excavaciones en Herculano y Pompeya. Primero por parte de buscadores de tesoros, aunque gradualmente se fue adquiriendo un interés por la arquitectura doméstica romana junto al deseo de recuperar estatuas y otras obras de arte.
Y así, poco a poco, el interés por la época clásica se fue extendiendo por Europa. El precio que adquirían las obras de arte de calidad provocó que la arqueología clásica quedara restringida a materiales más artísticos y a investigadores que pertenecieran a la nobleza o, que, en general, pudieran permitirse el lujo del mecenazgo.
El nacimiento de la Historia del Arte como disciplina jugó un papel determinante en la Arqueología. Los estudios de Johann Wilnckelmann (1717-1768) permitieron las primeras periodizaciones de los estilos escultóricos de Grecia y Roma, así como los estudios que incluían sobre los efectos que distintos factores como el clima, las condiciones sociales y la artesanía tuvieron sobre el arte antiguo, dieron pié analíticas más profundas sobre la cultura clásica.
Los estudios clásicos conformaron un modelo para el desarrollo de la egiptología y de la asiriología. A finales del siglo XVIII no se sabía casi nada sobre las antiguas civilizaciones de Egipto y Próximo Oriente excepto que habían sido registradas por la Biblia y por los escritores griegos y romanos. Las investigaciones sistemáticas sobre Egipto antiguo empezaron con las primeras observaciones hechas por los estudiosos franceses que acompañaron a Napoleón cuando invadió Egipto entre 1798 y 1799 y que colaboraron en una Description de l’Ègipte de varios volúmenes comenzada en 1809. En este contexto se sitúa el descubrimiento de la Piedra Rossetta que permitió la traducción de los jeroglíficos por parte de Champollion, quien junto a Karl Lepsius iniciaron sus visitas a Egipto para registras los templos, las tumbas y las inscripciones monumentales asociadas a ellos. Utilizando estas inscripciones fue posible esbozar una cronología y una historia esquemática del antiguo Egipto, a partir del cual los egiptólogos pudieron rastrear el desarrollo del arte y la arquitectura egipcios.
El primer intento por traducir la escritura cuneiforme fue obra de Georg Grotenfend en 1802. Henry Rawlinson hacia la mitad del siglo XIX fue quien tradujo el persa antiguo; en esa misma época se iniciaban las primeras excavaciones en Irak, con Paul Emile Botta en Nínive y Khorsabad y las de Austen Layard en Nimrud y Kuyunjik, que permitieron la recuperación de grandes cantidades de esculturas e inscripciones, que despertaron gran interés al referirse a las primeras historia explicadas en la Biblia. Finalmente, como sucedió para Egipto, se pudo esbozar una cronología para la civilización mesopotámica que permitió a los eruditos estudiar los cambios producidos en los estilos artísticos y en la arquitectura monumental desde los primeros estadios de la escritura.
Por su propia naturaleza, tanto la egiptología como la asiriología dependieron mucho más de la arqueología que los estudios clásicos, ya que la gran mayoría de los textos que se conseguían debían ser previamente desenterrados. Así que, mientras que la investigación sobre la historia del arte continuó basándose en los registros escritos para la ordenación cronológica de sus datos, los problemas que presentaba la aplicación de este método a períodos más antiguos con poca o nula escritura provocó que creciese el número de arqueólogos que adquirieron conciencia de la importancia que revestían los objetos recuperados mediante la arqueología para conocer los logros humanos.
El desarrollo de la arqueología clásica que se había iniciado en el Renacimiento incentivó los estudios arqueológicos aplicados a tiempos prehistóricos.
Los siglos XVI y XVII marcaron el inicio de la exploración y la colonización de todo el mundo por parte de los países de Europa Occidental, de modo que empezó a familiarizarse con los grupos de cazadores-recolectores y las tribus de agricultores de otros continentes. Poco a poco surgió una visión alternativa que sirvió para esbozar paralelos entre los pueblos primitivos y los prehistóricos que habían habitado Europa.
El primer paso en este proceso se dio cuando los investigadores empezaron a considerar la idea de que los instrumentos de piedra hallados en Europa se debían a manufactura humana y no a causas naturales o sobrenaturales. En 1669, Nicolaus Steno estableció el inicio de la paleontología a través de comparaciones con restos fósiles de conchas marinas; las comparaciones etnográficas sirvieron, al mismo tiempo, para determinar el origen humano de los utensilios de piedra.
No obstante esta progresiva toma de conciencia de que los instrumentos de piedra se habrían usado seguramente antes que los de metal no hacía todavía necesaria la adopción de una perspectiva evolucionista. Las fuertes sanciones religiosas impuestas por los degeneracionistas hicieron que muchos anticuarios evitasen desafiar a la Iglesia.
También pasó que en el siglo XVIII tuvo lugar una confrontación respecto a la superioridad de las culturas clásicas respecto a la cultura de los tiempos modernos. Se intentaba demostrar que el talento humano no estaba en absoluto en decadencia y que, por tanto, los europeos actuales estaban en condiciones de producir obras que igualasen o sobrepasasen a las de los antiguos griegos o romanos.
Las principales ideas de la Ilustración que se encuentran en la base del pensamiento evolucionista se podrían resumir en:
1. Todos los grupos humanos poseían en esencia el mismo nivel y la misma clase de inteligencia, y que compartían las mismas emociones básicas. Las diferencias culturales se explicaban generalmente en términos climáticos o de influencias medioambientales o como simples accidentes históricos. Esto se conoce con el nombre de unidad psíquica.
2. El progreso cultural se consideraba la característica predominante de la historia humana. El cambio se entendía como algo continuado, no episódico, y se adscribía a causas naturales, no sobrenaturales.
3. El progreso caracteriza no sólo el desarrollo tecnológico sino también todos los aspectos de la vida humana, incluyendo la organización social, la política, la moralidad y las creencias religiosas. El cambio cultural era conceptualizado en términos de una serie universal de estadios.
4. El progreso perfecciona la naturaleza humana, no modificándola, sino procediendo a la eliminación de la ignorancia, la pasión y la superstición.
5. El progreso es el resultado del ejercicio de un pensamiento racional encaminado a mejorar la condición humana.
El papel de la Ilustración debe analizarse desde la perspectiva del renovado interés por los enfoques materialistas y evolucionistas del desarrollo cultural.
La influencia creciente del pensamiento evolucionista-cultural durante el siglo XVIII produjo una reacción conservadora que en aquel tiempo ejerció un mayor influjo incluso que el evolucionismo sobre la investigación que realizaban los anticuarios. Este hecho relejaba un creciente tendencia hacia lo que sería el romanticismo, en tanto que opositor al neoclasicismo francés. Los individuos inclinados hacia este movimiento desarrollaron un gran interés por las ruinas de las abadías, por las tumbas y otros símbolos de la muerte y de la decadencia del cuerpo. También se interesaban por las sociedades “primitivas” o “naturales” y por el espíritu de las naciones europeas preservado en sus monumentos y tradiciones, especialmente los de la época medieval, período ideal para la inspiración artística y literaria. El Romanticismo parece haber sido el instrumento que estimuló un mayor interés por las excavaciones, y especialmente por las de las tumbas, hecho que contribuyó al desarrollo del anticuarismo en la última parte de este siglo.
Los anticuarios interesados en los restos prehistóricos confiaban tanto como los arqueólogos clásicos en los registros escritos y en las tradiciones orales con la intención de hallar un contexto histórico para sus hallazgos. Como resultado de esta dependencia de los textos escritos, a lo largo del siglo XVIII y principios del XIX, los anticuarios generalmente se desesperaban por conocer más sobre el período antes de que se dispusiera de tales registros
Con todo, la situación no era de estancamiento como normalmente se cree. Entre los siglos XV y XVIII los anticuarios europeos habían aprendido a describir y clasificar monumentos y artefactos, a excavar y registrar los hallazgos, y a usar varios métodos de datación, incluida la estratigrafía.
martes, 6 de septiembre de 2011
La Ilíada y la Odisea
El comienzo de la Ilíada. Una obra maestra en cuanto a crear ambiente y explicar a la par qué es lo que se va a cantar:
Canta, oh musa, la cólera del Pelida Aquiles, cólera funesta que causó infinitos males a los aqueos y precipitó al Hades muchas almas valerosas de héroes, a quienes hizo presa de perros y pasto de aves —se cumplía la voluntad de Zeus—desde que se separaron disputando el Atrida, rey de hombres, y el divino Aquiles.
La Odisea repite idénticas formas, con un especial sabor más próximo, más humano:
Háblame, Musa, de aquel varón de multiforme ingenio que, después de destruir la sagrada ciudad de Troya, anduvo peregrinando larguísimo tiempo, vio las poblaciones y conoció las costumbres de muchos hombres y padeció en su ánimo gran número de trabajos en su navegación por el Ponto, en cuanto procuraba salvar su vida y la vuelta de sus compañeros a la patria. Mas ni aun así pudo librarlos, como deseaba, y todos perecieron por sus propias locuras. ¡Insensatos! Comiéronse las vacas de Helios, hijo de Hiperión; el cual no permitió que les llegara el día del regreso. ¡Oh diosa, hija de Zeus!, cuéntanos aunque no sea más que una parte de tales cosas.
Gilgamesh
Pongo aquí el inicio del primer poema conocido de la historia, la Epopeya de Gilgamesh.
Mi intención es guardarla aquí para tenerla a mano en alguna ocasión, y que cualquiera que quiera la disfrute.
No deja de ser una excelente obra que disfrutar.
Mi intención es guardarla aquí para tenerla a mano en alguna ocasión, y que cualquiera que quiera la disfrute.
No deja de ser una excelente obra que disfrutar.
Aquel que vio todo [hasta los confine]s de la tierra,
[Que todas las cosa]s experimentó,
[conside]ró todo.
[...] juntamente [...], [...] de sabiduría,
que todas las cosas.[..].
Lo [o]culto vio, [desveló] lo velado.
Informó antes del Diluvio,
Llevó a cabo un largo viaje, cansado y [derren]gado.
Todo su afán grabó en una estela de piedra.
De la terraplenada Uruk el muro construyó,
Del reverenciado Eannal, el santuario puro.
¡Contempla su muralla exterior, cuya cornisa es como el cobre!
¡Mira la muralla interior, que nada iguala!
¡Advierte su umbral, que de antiguo viene!
Acércate a Eanna, la morada de Istar,
Que ni un rey futuro, ni un hombre, puede igualar.
Levántate y anda por los muros de Uruk,
Inspecciona la terraza de la base, examina sus ladrillos:
¿No es obra de ladrillo quemado?
¿No echaron sus cimientos los Siete [Sabios]?
Una traducción más sencilla:
Voy a presentar al mundo
A aquel que todo lo ha visto,
Ha conocido la tierra entera,
Penetrando todas las cosas,
Y en derredor explorando
Todo lo que está oculto.
Excelente en sabiduría,
Todo lo abarcó con la mirada:
Contempló los secretos,
descubrió los misterios.
Y entonces Gilgamesh llega a Uruk. Y empieza la epopeya.
domingo, 4 de septiembre de 2011
Loira en bicicleta
Ruta: Bajando por el río Loira, en pleno corazón de Francia. Nos centramos en la parte del tramo que va desde Orleans a Saint Nazaire.
Etapas: Parece mentira, pero en una ruta tan conocida y tan practicada no fui capaz de encontrar en la red un blog en que se detallasen las etapas realizadas. Siempre faltaba algo. Así que dejo las etapas que nosotros hicimos por si a alguien le puede ser de utilidad. me aseguro de que en esta entrada salgan las palabras "etapas", "loira en bicicleta" y "RUTA POR EL LOIRA", y a vivir.
1. De Orleans a Vineuil (Blois). Pasamos por el castillo de Chambord. 83 Km.
2. De Blois a Amboise. A destacar el castillo de Chaumont en medio de la ruta. 55 Km.
3. De Amboise a Langeais, visitando el castillo de Chenonceaux, Tours, y el castillo de Vilandry. 67 Km.
4. De Langeais a Saumur, pasando por el castillo de Rigny y Chinon.73 Km.
5. De Saumur a Angers.66 Km.
6. De Angers a Ancenis, visitando la abadía de Saint Floriant.70 Km.
7. De Ancenis a Nantes, en tren, y desde aquí a Saint Nazaire ya en bici.76 Km.
Precio aproximado: Unos 370 euros/persona (a los que añadir los gastos del billete de tren ida y vuelta, unos 300 euros más).
Características de la ruta: Es una ruta en general algo extraña porque sorprende por lo poco sencilla que resulta ser. Normalmente discurre por caminos secundarios con poco tráfico. Normalmente. Pero no es extraño que de cuando en cuando se tenga que meter uno en carreteras con tráfico hasta intenso. Y lo que resulta muy descorazonador es que la señalización resulta a veces bastante precaria, con rodeos absurdos y tramos por urbanizaciones en las colinas que rodean al río nada llanas que acaban por convertirse en un rompepiernas. En alguna etapa, además, la señalización era tan escasa que más que seguir unas rutas en un apacible paseo resultaba una especie de carrera de orientación.
No hay que sufrir por robos en general, pero esto no es Alemania. La gente es amable, incluso simpática, alejada del tópico del francés medio. Conocer su idioma resulta una ventaja importante, pues abre muchas puertas y te muestran aún más amabilidad (el chauvinismo francés no es ningún mito). No puedo juzgar su nivel de inglés, pues no lo utilizamos en ningún momento.
Cuidado con el tiempo en esta zona. La proximidad del atlántico hace que las lluvias sean frecuentes en la región.
Equipaje: Imprescindible un impermeable o capelina, y protección solar. Los días que tuvimos sol todo el día puedo decir que torrefactaba de lo lindo.
Bicicleta: Nos llevamos la bicicleta desde casa en tren. De Barcelona a Cerbere hay muchos trenes y una vez allí el Lunea (un tipo de tren francés) te permite transportar la bicicleta hasta Orleans. Muy conveniente reservar el billete con antelación, pues es más barato y las plazas para bicicletas son limitadas. Siempre recomendamos evitar el transporte por avión, pues hemos visto la bárbara manera que tienen los empleados del aereopuerto de manejar la caja donde va ésta. En concreto, nuestra experiencia se calcula en unos cuantos euros de daños. Pero que cada cual decida qué prefiere hacer.
Para volver, un simple tren a París y otro Lunea a Port-Bou, y desde aquí hay múltiples trenes a Barcelona.
Experiencia: Casi todo el mundo que hacía la ruta con alforjas en las bicicletas la seguía en sentido contrario al nuestro. De Nantes a Orleans. ¿Motivo?. Por el viento. Suele soplar casi siempre de oeste a este, y a veces es un incordio.
Y para dormir la oferta no es demasiado amplia. Sobretodo en fines de semana y en agosto puede resultar complicado encontrar alojamiento en hotel barato. Por contra, los campings son buenos, limpios y baratos, y se permite la acampada libre (aún más barata).
En los servicios de información de cada ciudad ayudan a conseguir alojamiento, pero ojo, los horarios en Francia son de lujo y pueden cerrar antes de que se llegue al final de la etapa.
Lo mejor del camino: Los paisajes y la gastronomía.
También añado la particular belleza de las horas del crepúsculo, cuando se recortan sobre un cielo de colores las siluetas de los pueblecitos del país de Loire, enmarcados por viñedos preciosos y algún castillo de geometría única.
Lo peor del camino: La señalización insuficiente y los absurdos rodeos que se tienen que tomar, así como las dificultades para encontrar alojamiento que limitan las etapas.
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