Ruta: Bajando por el río Loira, en pleno corazón de Francia. Nos centramos en la parte del tramo que va desde Orleans a Saint Nazaire.
Etapas: Parece mentira, pero en una ruta tan conocida y tan practicada no fui capaz de encontrar en la red un blog en que se detallasen las etapas realizadas. Siempre faltaba algo. Así que dejo las etapas que nosotros hicimos por si a alguien le puede ser de utilidad. me aseguro de que en esta entrada salgan las palabras "etapas", "loira en bicicleta" y "RUTA POR EL LOIRA", y a vivir.
1. De Orleans a Vineuil (Blois). Pasamos por el castillo de Chambord. 83 Km.
2. De Blois a Amboise. A destacar el castillo de Chaumont en medio de la ruta. 55 Km.
3. De Amboise a Langeais, visitando el castillo de Chenonceaux, Tours, y el castillo de Vilandry. 67 Km.
4. De Langeais a Saumur, pasando por el castillo de Rigny y Chinon.73 Km.
5. De Saumur a Angers.66 Km.
6. De Angers a Ancenis, visitando la abadía de Saint Floriant.70 Km.
7. De Ancenis a Nantes, en tren, y desde aquí a Saint Nazaire ya en bici.76 Km.
Precio aproximado: Unos 370 euros/persona (a los que añadir los gastos del billete de tren ida y vuelta, unos 300 euros más).
Características de la ruta: Es una ruta en general algo extraña porque sorprende por lo poco sencilla que resulta ser. Normalmente discurre por caminos secundarios con poco tráfico. Normalmente. Pero no es extraño que de cuando en cuando se tenga que meter uno en carreteras con tráfico hasta intenso. Y lo que resulta muy descorazonador es que la señalización resulta a veces bastante precaria, con rodeos absurdos y tramos por urbanizaciones en las colinas que rodean al río nada llanas que acaban por convertirse en un rompepiernas. En alguna etapa, además, la señalización era tan escasa que más que seguir unas rutas en un apacible paseo resultaba una especie de carrera de orientación.
No hay que sufrir por robos en general, pero esto no es Alemania. La gente es amable, incluso simpática, alejada del tópico del francés medio. Conocer su idioma resulta una ventaja importante, pues abre muchas puertas y te muestran aún más amabilidad (el chauvinismo francés no es ningún mito). No puedo juzgar su nivel de inglés, pues no lo utilizamos en ningún momento.
Cuidado con el tiempo en esta zona. La proximidad del atlántico hace que las lluvias sean frecuentes en la región.
Equipaje: Imprescindible un impermeable o capelina, y protección solar. Los días que tuvimos sol todo el día puedo decir que torrefactaba de lo lindo.
Bicicleta: Nos llevamos la bicicleta desde casa en tren. De Barcelona a Cerbere hay muchos trenes y una vez allí el Lunea (un tipo de tren francés) te permite transportar la bicicleta hasta Orleans. Muy conveniente reservar el billete con antelación, pues es más barato y las plazas para bicicletas son limitadas. Siempre recomendamos evitar el transporte por avión, pues hemos visto la bárbara manera que tienen los empleados del aereopuerto de manejar la caja donde va ésta. En concreto, nuestra experiencia se calcula en unos cuantos euros de daños. Pero que cada cual decida qué prefiere hacer.
Para volver, un simple tren a París y otro Lunea a Port-Bou, y desde aquí hay múltiples trenes a Barcelona.
Experiencia: Casi todo el mundo que hacía la ruta con alforjas en las bicicletas la seguía en sentido contrario al nuestro. De Nantes a Orleans. ¿Motivo?. Por el viento. Suele soplar casi siempre de oeste a este, y a veces es un incordio.
Y para dormir la oferta no es demasiado amplia. Sobretodo en fines de semana y en agosto puede resultar complicado encontrar alojamiento en hotel barato. Por contra, los campings son buenos, limpios y baratos, y se permite la acampada libre (aún más barata).
En los servicios de información de cada ciudad ayudan a conseguir alojamiento, pero ojo, los horarios en Francia son de lujo y pueden cerrar antes de que se llegue al final de la etapa.
Lo mejor del camino: Los paisajes y la gastronomía.
También añado la particular belleza de las horas del crepúsculo, cuando se recortan sobre un cielo de colores las siluetas de los pueblecitos del país de Loire, enmarcados por viñedos preciosos y algún castillo de geometría única.
Lo peor del camino: La señalización insuficiente y los absurdos rodeos que se tienen que tomar, así como las dificultades para encontrar alojamiento que limitan las etapas.
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