Hoy es mi cumpleaños. Y he podido tener el mejor regalo que se me puede hacer en estos tiempos de prosaico materialismo: He podido escuchar en directo al Maestro a escasos metros de mí. Claudio Magris ha sido nombrado doctor honoris causa por la Universidad de Barcelona, a propuesta de la Facultad de Filología. Y aprovechando la circunstancia, ha aceptado ser padrino de los doctorados de esta universidad del 2009. Entre los que estaba Eli. Y claro, hemos acudido a la ceremonia más que encantados.
Esta se ha realizado en el Paraninfo de la Universidad, donde yo ya tiempo atrás tuve que hacer un tanto el paripé en mi juramento Hipocrático. Hoy lo he podido ver con otros ojos. Y conmigo un par de cientos más de personas, entre doctorados, familiares, amigos, curiosos y el expresidente de la Generalitat Pasqual Maragall.
Al Maestro se le veía cansado, aunque ha aguantado estoicamente la ceremonia. Los años no pasan en balde. De todas formas su discurso ha sido algo bonito, muy personal, casi diría que único e interesante. Ha afirmado que Barcelona es casi como una segunda casa para él, y dentro de un narrar parsimonioso nos ha contado poco a poco cómo se inició en la lectura, con su tía leyéndole cuentos de Salgari aún antes de que él supiera transcribir los signos escritos. Y cómo fue a través de Salgari que se inició en este mundo de las letras. Debo por tanto agradecer a Salgari y su descripción del fluir del Ganges en "los misterios de la jungla negra" el que años más tarde pudiera escribir "El Danubio".
El discurso ha sido en italiano. Por mí sin problema, pues lo entiendo perfectamente, pero creo que así ha dejado que pocos se enterasen de lo que decía, ya que al cabo de poco tiempo ha abandonado el texto que teníamos los asistentes, el que se suponía iba a ser leído por él, y ha comenzado a divagar dentro de la estructura de este para perderse de forma deliciosa en recuerdos y circunstancias a veces de cierta intimidad. Y a veces con cierta complicidad con el oyente. Así, me ha hecho sonreír cuando ha recordado, de forma sutil y sibilina, que su "primer libro" lo escribió cuando tenía 11 años de edad. Fue un tratado sobre perros, debido a que a su padre le encantaban estos animales. Pero lo más risible es que explicó que esto le creó problemas con su padre, ya que para ilustrar las entradas de los diferentes tipos de perro que referenciaba en su obra recortó "cientos de fotografías" estropeándole su biblioteca.
"Mi padre -ha proseguido- cuando vio que no se trataba de un capricho sino de una pasión, me dejó hacer, y eso, creo, fue fundamental para mi relación con los padres de varios géneros, que han contribuido a formarme y con los que siempre he tenido una relación libre, basada en el reconocimiento de su superioridad objetiva, pero también en un sentimiento, más fraterno que filial o paternal, de paridad e igual dignidad".
Luego explicó en un tono tan cálido como interesante cómo se gestaron sus otros libros, los que yo he podido disfrutar de él. En algunos, que no me gustaron demasiado, me ha dejado ver lo que debí ver. Una manera curiosa de abrime los ojos. Ya en otras entradas explicaré fragmentos de este discurso suyo puesto que tengo el libro de su investidura con el discurso original íntegro. No pude anotar aquellas partes en que se lo saltó, aunque de todas formas es un libro que sólo 400 personas más podrán disfrutar. Dulce sentimiento de poseer algo casi único.
Al final se han entregado los diplomas a los doctores. Y Eli ha salido a recibir el suyo de manos nada menos que del mismo Magris en persona. Personalmente en persona. Traté de hacer la foto pero estas cámaras modernas se niegan a obedecerme con propiedad y temo que no cogí el momento. Para compensarme mi saníiiisima envidia, Eli luego se acercó a él para lograr una dedicatoria de mi ejemplar de "El Danubio". Gracias.
Esta se ha realizado en el Paraninfo de la Universidad, donde yo ya tiempo atrás tuve que hacer un tanto el paripé en mi juramento Hipocrático. Hoy lo he podido ver con otros ojos. Y conmigo un par de cientos más de personas, entre doctorados, familiares, amigos, curiosos y el expresidente de la Generalitat Pasqual Maragall.
Al Maestro se le veía cansado, aunque ha aguantado estoicamente la ceremonia. Los años no pasan en balde. De todas formas su discurso ha sido algo bonito, muy personal, casi diría que único e interesante. Ha afirmado que Barcelona es casi como una segunda casa para él, y dentro de un narrar parsimonioso nos ha contado poco a poco cómo se inició en la lectura, con su tía leyéndole cuentos de Salgari aún antes de que él supiera transcribir los signos escritos. Y cómo fue a través de Salgari que se inició en este mundo de las letras. Debo por tanto agradecer a Salgari y su descripción del fluir del Ganges en "los misterios de la jungla negra" el que años más tarde pudiera escribir "El Danubio".
El discurso ha sido en italiano. Por mí sin problema, pues lo entiendo perfectamente, pero creo que así ha dejado que pocos se enterasen de lo que decía, ya que al cabo de poco tiempo ha abandonado el texto que teníamos los asistentes, el que se suponía iba a ser leído por él, y ha comenzado a divagar dentro de la estructura de este para perderse de forma deliciosa en recuerdos y circunstancias a veces de cierta intimidad. Y a veces con cierta complicidad con el oyente. Así, me ha hecho sonreír cuando ha recordado, de forma sutil y sibilina, que su "primer libro" lo escribió cuando tenía 11 años de edad. Fue un tratado sobre perros, debido a que a su padre le encantaban estos animales. Pero lo más risible es que explicó que esto le creó problemas con su padre, ya que para ilustrar las entradas de los diferentes tipos de perro que referenciaba en su obra recortó "cientos de fotografías" estropeándole su biblioteca.
"Mi padre -ha proseguido- cuando vio que no se trataba de un capricho sino de una pasión, me dejó hacer, y eso, creo, fue fundamental para mi relación con los padres de varios géneros, que han contribuido a formarme y con los que siempre he tenido una relación libre, basada en el reconocimiento de su superioridad objetiva, pero también en un sentimiento, más fraterno que filial o paternal, de paridad e igual dignidad".
Luego explicó en un tono tan cálido como interesante cómo se gestaron sus otros libros, los que yo he podido disfrutar de él. En algunos, que no me gustaron demasiado, me ha dejado ver lo que debí ver. Una manera curiosa de abrime los ojos. Ya en otras entradas explicaré fragmentos de este discurso suyo puesto que tengo el libro de su investidura con el discurso original íntegro. No pude anotar aquellas partes en que se lo saltó, aunque de todas formas es un libro que sólo 400 personas más podrán disfrutar. Dulce sentimiento de poseer algo casi único.
Al final se han entregado los diplomas a los doctores. Y Eli ha salido a recibir el suyo de manos nada menos que del mismo Magris en persona. Personalmente en persona. Traté de hacer la foto pero estas cámaras modernas se niegan a obedecerme con propiedad y temo que no cogí el momento. Para compensarme mi saníiiisima envidia, Eli luego se acercó a él para lograr una dedicatoria de mi ejemplar de "El Danubio". Gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario