30/08/2009
Este era el día del regreso. No tocaba más que dar algunas vueltas por la ciudad visitando de forma somera aquellas cosas que no pudimos ver el día anterior. Escogimos el Prater, y subir a la noria. Y luego callejear sin rumbo por la ciudad, viendo con excelente sol esta bella ciudad que hasta ahora nos había deparado frío y lluvia a partes iguales. Calles engalanadas, paseos hermosos, parques, gentes elegantes alternando con otros trajes más modernos, incluso atavíos bávaros o tiroleses. Nada escapaba a la atención de nuestros ojos curiosos, libres de buscar ya más cajas.
Nos costó después emprender el viaje de regreso. Había sido un viaje fantástico, con paisajes magníficos, esfuerzo por seguir un camino atrapado en el entorno, y viviendo el terreno de una forma que nunca antes habíamos conocido. Bella forma esta de viajar. Hasta la vista, entonces. Aufviedersehen.
Nos costó después emprender el viaje de regreso. Había sido un viaje fantástico, con paisajes magníficos, esfuerzo por seguir un camino atrapado en el entorno, y viviendo el terreno de una forma que nunca antes habíamos conocido. Bella forma esta de viajar. Hasta la vista, entonces. Aufviedersehen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario