Dejo otro texto, de Edward Hall, muy útil para algunas clases que deberé dar más adelante.
El idioma es algo más que un simple medio de expresar el pensamiento. Es en realidad un elemento principal en la formación del pensamiento. La misma percepción del mundo que nos rodea está programada por la lengua que se habla, igual que una computadora. Y la mente del hombre registra y estructura la realidad exterior en acuerdo con este programa. Como dos lenguas suelen programar la misma clase de sucesos de modo diferente, ningún sistema filosófico, ninguna creencia podría considerarse completamente disociada del lenguaje. Todos los hombres son cautivos del idioma que hablan, y que consideran de forma natural.
Y estas cuestiones se aplican de igual manera la resto del comportamiento humano y a toda la cultura. Si esto no fuese así, cuando dos seres humanos fueran sometidos a la misma experiencia, los mismos datos entrarían en los sistemas nerviosos centrales y los cerebros los registrarían del mismo modo. Pero sabemos que esto no es cierto. Los humanos tamizamos la información que llega desde los sentidos, y deja pasar algunos datos y excluye otros. De este modo, la experiencia percibida a través de los filtros sensoriales es diferente entre humanos, y los filtros culturales contribuyen en su medida a este fenómeno.
En la comunicación entre humanos se hace mucho más que lanzar y recoger información. Una serie de mecanismos condicionados por la cultura, motiva que seamos sensibles a sutiles cambios en la conducta del otro cuando reacciona a lo que decimos o hacemos. En muchas situaciones la gente evita, primero inconscientemente, escalar la parte prefigurativa de una conversación y pasar de las señales apenas perceptibles de enojo a la hostilidad declarada. Muchos conflictos humanos se originan por no interpretar correctamente las adumbraciones de este tipo, pues cada parte puede estar viviendo un mundo de comprensión diferente. Se interpretan las palabras en un contexto que comprende conducta y ambiente.
El idioma es algo más que un simple medio de expresar el pensamiento. Es en realidad un elemento principal en la formación del pensamiento. La misma percepción del mundo que nos rodea está programada por la lengua que se habla, igual que una computadora. Y la mente del hombre registra y estructura la realidad exterior en acuerdo con este programa. Como dos lenguas suelen programar la misma clase de sucesos de modo diferente, ningún sistema filosófico, ninguna creencia podría considerarse completamente disociada del lenguaje. Todos los hombres son cautivos del idioma que hablan, y que consideran de forma natural.
Y estas cuestiones se aplican de igual manera la resto del comportamiento humano y a toda la cultura. Si esto no fuese así, cuando dos seres humanos fueran sometidos a la misma experiencia, los mismos datos entrarían en los sistemas nerviosos centrales y los cerebros los registrarían del mismo modo. Pero sabemos que esto no es cierto. Los humanos tamizamos la información que llega desde los sentidos, y deja pasar algunos datos y excluye otros. De este modo, la experiencia percibida a través de los filtros sensoriales es diferente entre humanos, y los filtros culturales contribuyen en su medida a este fenómeno.
En la comunicación entre humanos se hace mucho más que lanzar y recoger información. Una serie de mecanismos condicionados por la cultura, motiva que seamos sensibles a sutiles cambios en la conducta del otro cuando reacciona a lo que decimos o hacemos. En muchas situaciones la gente evita, primero inconscientemente, escalar la parte prefigurativa de una conversación y pasar de las señales apenas perceptibles de enojo a la hostilidad declarada. Muchos conflictos humanos se originan por no interpretar correctamente las adumbraciones de este tipo, pues cada parte puede estar viviendo un mundo de comprensión diferente. Se interpretan las palabras en un contexto que comprende conducta y ambiente.